sábado, 20 de agosto de 2011

Mou, el sucio



Se ha cavado su tumba. Dejando al margen los fanáticos, Mou ha quedado en evidencia ante el mundo entero. Cruzar las líneas tiene su riesgo siempre que no se atente contra la esencia del proyecto. Pero cuando se cruzan de forma descarada todas las líneas rojas, chocando frontalmente con la estrategia general, la sentencia está dictada. Porque este señor fue fichado por el equipo más laureado del mundo para salir de una crisis institucional que le ha tenido alejado de títulos durante los últimos años. La afición, en un acto de desesperación, volvió a reclamar el liderazgo de Florentino – al que antes habían echado por la puerta de atrás - para conseguir lo que siempre se había conseguido y que ahora eran incapaces de hacer: los títulos. Y para mayor escarnio, éstos eran conseguidos uno tras otro por el eterno rival. Con esta finalidad se fichó a Mou, avalado por su historial y por su fama de estratega. Lo avalaba también la relación odiosa mutua que se procesaban el portugués y el Barca, relación que con toda seguridad supondría un factor de motivación adicional. Tras un primer año casi en blanco (celebraron la Copa del Rey como si fuese una Intercontinental) se quita de enmedio a todo aquel que pone en duda los planteamientos del portugués y se le da todo el poder para conseguir eso, los títulos. Esta es la esencia del proyecto: un entrenador plenipotenciario avalado por su curriculum y su fama de buen entrenador en todos los sentidos: estratega, motivador, estudioso del contrario,…

Resulta que plantean la segunda temporada con antelación frente a su eterno rival con la única finalidad de conseguir un titulito veraniego frente al Barca y, además de perderlo, aparece la verdadera estrategia del entrenador: un tipo pendenciero y macarra que mete el dedo en el ojo del contrincante a traición y por la espalda. Salvo para los forofos fanáticos, el mito ha caído. El estratega entrenador no pasa de ser un camorrista que incita con sus planteamientos y actitudes a los jugadores a hacer lo mismo.

Se ha cavado su tumba. Como el arranque de la nueva temporada no sea brillante y se destaque en puntos de su rival, la sombra de esa agresión le va a acompañar como un espíritu maligno que le devorará poco a poco. Un año siendo el segundo puede tolerarse con dosis de manipulación y demagogia; un segundo año no será tolerado, máxime cuando se ha descubierto que la principal estrategia de Mou es la marrullería y que además algunos planteamientos tácticos dejan mucho que desear. Jugadores que han costado una fortuna quedan en segundo plano frente a los discípulos aventajados del espíritu camorrista del entrenador. Ha superado la línea roja, los soportes de su proyecto han quedado en evidencia y son precisamente los que Florentino avaló para emprender su segundo mandato. O hay resultados, que todo lo curan, o tendrá que hacer la maleta. Y quizá con él muchos más.