martes, 29 de abril de 2014

Conclusión de la EPA: ¡ Zapatero, dimisión !


Se han publicado los datos de la EPA del primer trimestre de 2014. Simplemente demoledores. La cacareada recuperación económica, sólo vista por los sesudos expertos en macroeconomía y nunca percibida por el común de los mortales, en el mejor de los casos queda en agua de borrajas, cuando no en la nueva gran mentira de este tramposo gobierno. Querían presentarse a su primer envite electoral con el aureola de gobierno eficaz capaz de dar un golpe de timón a la crisis heredada y el cuento les ha durado exactamente lo que dura una mentira: el plazo que trascurre hasta que se conoce la verdad. Y ésta no es otra que el gobierno de Mariano tiene el poco honroso mérito de haber incrementado el número de parados en casi 700.000 personas , a la vez que desciende el número de ocupados en casi 1 millón de trabajadores.

Datos que por sí solos en un país medianamente digno harían caer a un gobierno, en esta nuestra querida España nos encontramos con unos sondeos electorales que todavía otorgan a nuestro querido PP la mejor de las confianzas para seguir dirigiendo nuestra política. Lo cual, para algunos, no deja de parecernos tremendamente sorprendente, si además consideramos el entorno que adereza esta sarta de impresentables números estadísticos:

-     Un gobierno que llegó al poder con un programa electoral que incumple día tras día, con la única justificación de la herencia recibida.
-     Un partido financiado irregularmente a través de mordidas bananeras que se cobraban a empresas contratistas del Estado.
-     Con muchos y significados altos dirigentes señalados como perceptores de comisiones ilegales, sobresueldos irregulares o directamente imputados como corruptos.
-     Recortadores de nuestro sistema de protección social que favorecía a los más necesitados, con el argumento de reconducir la situación económica heredada.

Históricamente nuestra derecha siempre ha estado preocupada por el encuentro de la culpabilidad. Los problemas, para nuestros derechosos, se resuelven buscando (o inventando) el culpable. La lógica problema-solución para ellos no es importante; si acaso es una circunstancia de la que aprovecharse si alguna vez solucionaran algún problema. Ante la situación económica su postulado es quejarse de la herencia recibida, como otros antes se quejaban de los masones o de la pertinaz sequía.

Ahora ya disponemos de la foto fija de nuestro primer trimestre: una España que huele a podrido por todos los lados: económico, social, laboral, político,…Visualizada claramente la situación, el PP planteará su consabida estrategia: mentir para confundir y lamentarse de la herencia recibida. Descubierto el engaño de estos meses, volverán a su táctica, esa que les otorga la confianza mayoritaria de los votantes y que consiste en aportar como única solución lo malos que son los de izquierdas, esos que hundieron a España.

Este mensaje cala entre su electorado. Ahora es el tiempo de ver qué estrategias utilizan los políticos progresistas para abrir los ojos a una España cegada y desanimada. Ni a Felipe se las ponían tan a huevo. Veremos a ver de qué son capaces a lo largo de este mes.       

miércoles, 9 de abril de 2014

Vivimos en un país en el que...


Vivimos en un país en el que los dictadores se nos mueren en la cama tras casi medio siglo de tropelías. La furia latina y la sangre mediterránea pierden toda su fuerza después de ver un partido de fútbol.

Vivimos en un país donde las palabras empresarios y sindicalistas son en muchos casos sinónimos de vividores, ladrones y mangantes. Los dirigentes de los patronos están encarcelados o imputados y las siglas sindicales enfangadas en todo tipo de chanchullos, corruptelas e indecencias.

Vivimos en un país en el que los patriotas de gobierno se dan puñetazos en el pecho a la vez que engordan cuentas en Suiza. Aquí las declaraciones de la renta son inversamente proporcionales a la impresentabilidad del declarante: cuanto más indecente, más dinero te devuelve el Estado.

Vivimos en un país en el que los hechos se valoran y juzgan en función de quien los hace. Una misma acción es afeada si la hacen unos pero es alabada si la hacen mis amigos.

Vivimos en un país donde la garantía de éxito va ligada a la mediocridad y a la lealtad. Todo lo que sea diferente, distinto, innovador y creativo es sinónimo de peligroso.

Vivimos en un país donde la Iglesia sigue dando lecciones morales sin tener la necesidad de aclarar su autoría o colaboración con acciones criminales como el robo de niños o la pederastia. En el que bajo la palabra de Dios se rememoran con cierta añoranza los tiempos del alzamiento nacional.  

Vivimos en un país en el que ser inteligente es un problema.


Por eso, algunos estamos orgullosos de sentirnos y, sobre todo, de que nos vean en este país como bichos raros. Es la mejor garantía de ser persona decente y justa, sin pretender ser inteligente.      

jueves, 3 de abril de 2014

No lo merecíamos...


Acabo de enterarme de la muerte de Máximo Cajal. Quizá algún día haga una entrada loando sus muchos méritos. Según lo pienso, creo que mejor será que desista porque con toda seguridad no llegaré a estar a la altura mínima que exige semejante figura. Ahora más que nunca es el momento de afirmar que este país no merecía a Máximo. Un elegante inadaptado, un dandy freeky, un inteligente entre mediocres, un íntegro frente a la indecencia,... España no merece un tipo como Máximo.

Buen viaje.