domingo, 3 de abril de 2011

¿Dónde vas, querida?.


Los admiradores consiguen que sus ídolos entren en un estado de inconsciente confusión mental que les lleva a elevar su consideración personal más allá de su valor real. En función de su número, duración, manifestación y otras variables, se consigue que el admirado crea que su faceta más destacable, desde su fuero interno, le haga sobresalir por encima de la media e incluso pueda competir por ocupar los primeros puestos del escalafón. ¿Quién no conoce a mediocridades que creen tener cualidades destacadas simplemente porque su mujer les adora (este defecto es más propio de hombres que de mujeres, lo cual es una prueba más de la superior inteligencia natural del sexo femenino) o sus colaboradores les adulan (en este caso interesadamente)?.

Cómo, si no, se explican estos ejemplos:

- Aznar (de mediocre bajo pasa a ser el más listo). Sus añorantes votantes han conseguido que cada vez que imparte una conferencia o se coloca delante de una cámara diga, con una rotundidad y aplomo que dan vergüenza ajena, una sarta de tonterías que debería sonrojar a cualquier cerebro mínimamente evolucionado. Basta buscar en youtube algunas de sus memorables intervenciones para conocer en su justa medida la capacidad intelectual del anterior presidente. Ya dije en una ocasión que este señor destaca fundamentalmente por un mérito: consiguió democratizar como ninguno de sus antecesores la Presidencia de Gobierno; si él fue capaz de ser presidente, cualquiera puede llegar a serlo.

- Ronaldo (de buen futbolista, como muchos, pasa a considerarse el mejor del mundo). Y es evidente, salvo para pocos fanáticos madridistas, que ese lugar lo ocupa un pequeñito argentino. Para muchos será el segundo mejor; para otros, entre los que me incluyo, un chico que juega bien al fútbol, con más espectáculo que eficacia, y que debe madurar personalmente. Parecido le ocurre a su jefe con el jefe del pibe.

- Chacón (de ministra de Defensa cree que tiene posibilidades de ser Presidente del Gobierno). El PSC quiere presentar su candidato a las primarias y, con nulo sentido del interés general del partido, mirando exclusivamente por su influencia dentro de la estructura, confunde a Chacón haciéndole pensar que puede ser un rival incómodo para Rubalcaba. Nadie que haya seguido mínimamente la vida social de los últimos años puede dar un duro por la ministra frente al carisma, las tablas y el saber estar de Rubalcaba. Pero a fuerza de recibir alabanzas de sus amigos catalanes será capaz de presentarse a las primarias y, pobre, pensar que tiene alguna posibilidad. (Este puede ser otro tema a tratar porque si Chacón fuese la candidata del PSOE, la posición de Rajoy subiría muchos enteros; González Pons y sus amigos, con su torpeza, se encargarán de encumbrar a Rubalcaba).

Las personas inteligentes y los números 1 no necesitan admiradores. Obviamente los tienen pero no necesitan de su existencia para ocupar el lugar en el que están. Por eso es tan importante que la gente que te quiere de verdad sea objetiva y te diga con total naturalidad aquello de "¿dónde vas, querido?".

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