martes, 28 de febrero de 2012

Una cuadrilla de cantamañanas


Ni blanco ni negro, gris. Ni a favor del Tribunal Supremo ni de Garzón, sino de todo lo contrario. La sentencia por la que se le inhabilita como juez, declarando de facto su expulsión de la carrera judicial, me parece tan impresentable como la utilización miserable que hizo el juez estrella de su poder magistral para perseguir a los que impidieron su carrera política.
El Sr. Garzón, entonces metido a político gracias a la habilidad y el encantamiento de Felipe González, presentó la dimisión antes de ser cesado por el hombre fuerte de entonces, Belloch – actual alcalde de Zaragoza y entonces superministro de Interior y Justicia -. A partir de ahí, y con claro ánimo vengativo, investigó de una forma parcial e interesada los delitos del GAL con el único ánimo de vengar su cese y meter a González en la cárcel. Así de claro. Entonces era alabado, ensalzado y puesto como hombre ejemplar por toda la derecha española, desde la civilizada hasta la impresentable, e incluso la delictiva.
Ahora lo han expulsado con una sentencia hipócrita y miserable por meter el hocico en cuestiones como la trama Gurtel o los crímenes del franquismo.
Le han pagado con su misma moneda, ha sido víctima de su propio veneno: utilizar la toga para culminar su venganza.
Allá ellos. No les tengo ninguna compasión personal. El problema es que nuestro sistema judicial, con tanto cantamañanas vestido de negro detrás de un estrado, está entrando en unos niveles de descrédito difícilmente superables y cuya credibilidad será casi imposible recuperar. Como decía Groucho, partiendo de la nada han llegado a las más altas cotas de miseria. Y con ellos se han llevado a la justicia.

sábado, 25 de febrero de 2012

Esta reforma laboral no vale

Se

Se pretende, con la reciente reforma laboral, establecer un marco jurídico que favorezca la creación de empleo y, en consecuencia, reduzca la tasa de desempleo que presenta nuestro país, en base al concepto recientemente acuñado en el mercado laboral europeo de flexiseguridad. Se trata de garantizar no el trabajo sino el empleo; la idea de un puesto de trabajo para siempre, para toda la vida, ha sido abandonada y ahora se trata de garantizar que, a pesar de la rotación laboral, los trabajadores dispongan de empleo a lo largo de su vida laboral, aunque sea en distintos trabajos. Este concepto está funcionando en los países del norte de Europa donde el mercado de trabajo se caracteriza por una fuerte movilidad laboral con porcentajes de desempleo muy bajos. Es decir, los trabajadores cambian de empresa con mucha frecuencia pero encuentran nuevo trabajo con esa misma rapidez. Nuestros responsables políticos creen que haciendo lo mismo que han hecho los nórdicos conseguiremos a medio plazo los mismos resultados.
Me atrevo a afirmar que esta reforma no creará empleo y, por el contrario, conseguirá precarizar las condiciones laborales porque pretender que nuestras relaciones laborales se parezcan a la nórdicas sólo por la vía del trabajador es parcelar el problema. Los empresarios daneses, noruegos, finlandeses,… no se parecen a nuestros empresarios que todavía, en gran medida, se mueven dentro del concepto de “patrón”. Las últimas declaraciones sobre las pocas ganas de trabajar de los parados y el papel cómplice del Estado en esa apatía laboral así lo confirman.
 En gran medida nuestros parados lamentablemente carecen de la mínima formación, abandonaron todo por un buen sueldo que no les exigía casi ni saber firmar, mientras que los trabajadores nórdicos son fruto de un sistema educativo ejemplar. Esa formación les permite adaptarse rápidamente a las nuevas exigencias de nuevos puestos de trabajo.
La organización interna de aquellas empresas es mucho más participativa y se valora la aportación del trabajador a la buena marcha de la misma. Por eso los sindicatos participan en los comités de dirección, la rotación laboral permite la entrada de nuevas ideas que son escuchadas por los órganos de dirección, el trabajador es considerado el bien más preciado de la empresa,… Este paisaje no se parece en nada a nuestra geografía laboral.
Éstas son algunas de las cuestiones fundamentales por las que, en mi opinión, la reforma laboral en España va a ser un fracaso que sólo conseguirá peores condiciones laborales, empresas menos competitivas y, en consecuencia, incremento del desempleo.
Fiar todo a esta reforma con la esperanza de que a medio plazo se cree empleo es hacer funambulismo sin red.      

viernes, 24 de febrero de 2012

Valencia Sicilia



La lista sería casi interminable en el presente. Veremos hasta donde llega en el futuro. De momento, hoy se han publicitado dos nuevos casos de corrupción: uno, ligado a subvenciones para el desarrollo de Centroamérica y, en el otro, está implicado un alcalde por cuestiones urbanísticas. Así, a bote pronto, se me ocurren los casos de Fabra con su aeropuerto, su legalización de fitosanitarios, su injustificable patrimonio personal,… los alcaldes alicantes vinculados a la contratación de las basuras; los famosísimos trajes - parece que pagados por sentencia – del Sr. Camps; los otros que han sido declarados como regalados a otros altos cargos; las tramas urbanísticas de la alcaldesa de Alicante y el presidente del equipo de fútbol, los bolsitos de la Sra. Alcaldesa de Valencia… y así casi innumerables casos de corrupción.

Luego están los desmanes de gestión que han conseguido cargarse el turismo a costa de hacer playas de hormigón y paellas baratas; han conseguido quedarse sin entidades financieras a base de utilizar el dinero de los depositarios para financiar sus tropelías y engordar patrimonios de gente demasiado lista o demasiado tonta; han necesitado un rescate financiero urgente para hacer frente a su falta de liquidez, ocupan los últimos puestos en sanidad y educación, pero los primeros en financiar carreras de coches, regatas americanas, visitas benedictinas, ciudades calatraveñas,…

Y desde el año 1995 son masiva y continuamente votados en elecciones generales, autonómicas y municipales. Todas las capitales de provincia y las grandes poblaciones tienen alcaldes del PP; Camps ha utilizado constantemente el apoyo electoral de sus ciudadanos para justificar sus cuitas (de hecho su no imputación por jurado popular en el caso de los trajes ha sorprendido a los que hemos oído lo que hemos oído y parece que sus juzgadores eran más votantes electorales que participantes de un proceso judicial); el gran yacimiento de votos del PP antes de su triunfo generalizado en las últimas elecciones ha sido esa parte de España,…

Esta confluencia de circunstancias ha generado el estado actual de corrupción. Si todas las tropelías de los gobernantes eran avaladas por los votantes, el círculo se cerraba con una lógica aplastante. Por eso, más allá de opiniones populistas, creo que la mayor responsabilidad en este tinglado – y en lo que seguirá en el futuro- es de los votantes, de los valencianos y valencianas que, en un acto libre y responsable, depositan el voto a favor del PP avalando, cuando no aplaudiendo, esos comportamientos.

Me decía un amigo concejal socialista de un ayuntamiento balear que, a pesar de que políticamente los juicios contra Matas beneficiaban a su partido, para los islas eran nefastos porque transmitían una imagen pésima sobre esa parte del territorio a los turistas mayoritariamente germanos y británicos.

Esa misma teoría debería aplicarse hacia el Levante español y, en un acto de sinceridad y sin hipocresías, proponer un cordón sanitario para que el resto de España no sea identificado con corrupción política y apoyo electoral. Italia fue identificada con la mafia cuando esa forma de crimen organizado se inició y se implantó socialmente en la parte sur del país. Me molestaría mucho que en el resto de Europa identificaran España con lo que pasa en Valencia.

El cordón sanitario es más necesario que nunca hasta que los valencianos y valencianas quieran. Depende exclusivamente de ellos. Camps podría estar avergonzado pero un jurado ha decidido que vuelva al parlamento, saque pecho en el acto de su doctorado y, sospecho, de no ser por el PP nacional estaría ya presidiendo el Gobierno valenciano. Afortunadamente, la gran mayoría del resto de España vemos eso con desprecio, con mucho desprecio.

P.D. El artículo de la foto se puede leer en este enlace  http://adomon.posterous.com/valencia-no-es-sicilia.

 Al Sr. Salazar sólo le contestaría que depende de ellos. Eso es lo que pretenden conseguir con este tipo de prensa amarilla y que consigue manipular con medias verdades a muchos levantinos: que la culpa de la imagen que tiene Valencia es del resto de malvados españoles. No, señor periodista de Las Provincias, su imagen depende exclusivamente de ustedes. Para eso sirven las votaciones,... antes y después está la responsabilidad.

domingo, 19 de febrero de 2012

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación...


Dice el Presidente del Gobierno que la reforma laboral es justa, buena y necesaria.
Lo de necesaria, el tiempo lo dirá con la creación de empleo, el aumento de la contratación y el descenso del paro. Los otros dos adjetivos son más que discutibles.
Si el sentido de la justicia del Sr. Rajoy en las relaciones laborales es poner todo el poder del lado de los empresarios, puede afirmarse que es tremendamente justa porque con esta reforma el empresario puede hacer y deshacer a su antojo. El trabajador únicamente tiene la posibilidad de aceptar esas condiciones o dejar la empresa con una indemnización reducida.
Sobre su bondad, habría que preguntarse para qué. Si su bondad radica en la creación de empleo temo que se trata de un error de diagnóstico porque el problema de nuestra tasa de desempleo y de nuestra incapacidad para crear empleo no es una cuestión jurídica sino de competitividad. Nuestras empresas no son eficientes y, en un mundo globalizado y deslocalizado, son incapaces de dar servicios o crear productos competitivos. Desde luego, el poder que esta reforma da al empresario en la fijación de condiciones de trabajo no parece que vayan en la línea de conseguir empresas bien gestionadas y donde la motivación del trabajador sea un elemento clave para esa finalidad.
Sí tiene razón el Sr. Rajoy en que la reforma no es un objetivo sino un medio; un medio para conseguir la creación de empleo y el descenso del desempleo. El contador se ha puesto a cero y ahora veremos los resultados que consigue. Parece que la precarización laboral está garantizada; veremos también si lo es la creación de empleo.