miércoles, 18 de abril de 2012

Condiciones para una Real confesión



No creo en el perdón tal y como está concebido – la exoneración de responsabilidades – sino en la asunción de las consecuencias de los actos que cada uno libremente asume. Las personas responsables (el Rey debería serlo) deben meditar previamente sobre su actuación (dejarse invitar a cazar elefantes al otro lado del mundo) y posteriormente asumir sus consecuencias. También en esto somos gente rara porque lo que se lleva es hacer lo que a cada uno le viene en gana (coger el fúsil y el avión camino de Botsuana) y si sale bien, que me quiten lo bailao (la semanita de caza en África, con todos sus aderezos) y, en caso contrario, pedir perdón (lo que ha hecho hoy el Rey).

Aún así, para los que dan validez al perdón y a una buena confesión, recordarles que es necesario la concurrencia de cinco requisitos: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda, confesión de todos los pecados y cumplir la penitencia.

El dolor del pecado se puede dar por cumplido porque no deja de ser humillante salir ante el mundo entero para pedir perdón. También el propósito de enmienda porque ha dicho que no se volverá a repetir más veces. Pero ahí termina la buena confesión: ¿hará un examen sobre su actitud, sobre la oscuridad que impera en las actividades privadas del Rey y su corte, que en gran medida son el origen de todos sus males, ya que fruto de ese falta de transparencia se deduce una carencia absoluta de responsabilidad en sus actuaciones?. ¿Confesará públicamente todos aquellos momentos en los que el Rey y su corte hayan cometido pecados similares? Y finalmente, la penitencia, ¿dónde está la penitencia?.

Con mi concepción del principio de responsabilidad, lo que le recomendaría es que se marchase. Que hoy mismo hablase con los representantes políticos de este país y se diseñase una ruta inteligente para que su marcha no tuviese consecuencias graves para la Nación.

Pero en el caso de que en este país católico se admitiese la posibilidad del perdón, y siendo consciente de que mi ansiada España laica todavía tendrá que esperar unas décadas, esperemos que no muchas, propongo unas actuaciones para que ese perdón sea sincero, verdadero,… vamos, como Dios manda:

-        para el examen de conciencia, que hoy mismo un grupo de expertos diseñe un sistema de comunicación para que en todo momento sepamos la agenda del Rey, actividades públicas y privadas. Esto no debería ir más allá de una semana. Para final de mes, con un simple click, todos sabríamos si el Rey está trabajando en La Zarzuela, cazando elefantes en África, esquiando en los Alpes, de regatas en el Mediterráneo o de juerga por Portugal. No hay problemas por su seguridad porque África, los Alpes, el Mediterráneo y Portugal son tan grandes que cualquier intención magnicida quedaría en agua de borrajas.

-       Para la confesión de los pecados, propongo que en un formato lo más digno posible, acorde con su rango regio, se sometiese a una entrevista sin censuras con unos cuantos de los impresentables periodistas (o lo que sean) que abundan en nuestras tardes de televisión. Seguro que en un programa de media hora nuestro Rey es capaz de recordar algunas de las ocasiones en las que sin ningún síntoma de empatía hacia sus súbditos ha hecho esas cosas que muchos dicen pero nadie públicamente se atreve a denunciar. Se conseguiría además con esta entrevista que la Monarquía dejará de ser una cosa tabú, de la que sólo se puede hablar bien y empezase a ser respetada por lo que hace y no por lo que es.

-       Y para la penitencia, el Rey debería convocar una referendum vinculante para conocer si el pueblo lo quiere a él o prefiere una república. Además obtendría así la legitimidad de la que actualmente carece y todos podríamos llamarle nuestro Rey.

Y hasta que llegue ese momento, todos debemos ser conscientes de que los verdaderos cómplices de esta situación somos todos los españoles que hemos permitido que la Casa Real, desde que lo es, sea una institución donde no priman ni los más mínimos requisitos de transparencia y responsabilidad. Hemos permitido una Casa Real llena de pijos insensibles que han hecho lo que les ha dado la real gana porque nadie les ha pedido explicaciones. ¡¡ Y lástima de aquel que las hubiera pedido hace unos años ¡¡. Finalmente, cada uno tiene lo que se merece y nosotros merecemos ración doble de embutido e indecencia.

La historia tiene muchas paradojas. El mismo día en que el Rey pegaba el traspiés de su vida, a horas intempestivas impropias de la caza del elefante aunque posiblemente cercanas a otro tipo de trompas,.. ese mismo día, hace 81 años, en unas elecciones municipales los españoles decidieron que su mejor forma de gobierno era una república. Fue el germen de la 2ª República. ¡ Coincidencias de la vida ¡.

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