Ya tenemos fecha para el referéndum independentista de
Cataluña. Será el domingo 9 de noviembre de 2014. Seguro que los firmantes del acuerdo
no han reparado que ese día celebran cumpleaños Belén Esteban y Eduard Punset, pudiendo
confrontar perversamente la imagen de la España cañí y vulgar con la Cataluña
docta e intelectual. Las leyendas urbanas nos dicen que un día como ese, allá
por 1966, falleció en un accidente de tráfico Paul McCartney y que el actual no
es más que un burdo doble del genuino beatle. Artur Mas tiene más pinta de
seguidor de la canción modélica y, por tanto, este dato tampoco habrá tenido la
menor incidencia en la elección de la fecha electoral. Alguna mente perversa de
los pactantes quizá sí ha reparado en que ese día es festivo en Madrid y, por
aquello de tocar los cojones, quizá Junqueras ha pretendido aguar la fiesta de
los centralistas.
Para mí que la elección de la fecha responde exclusivamente
a la necesidad de estirar todo lo posible el calendario con el objeto de encontrar
algo de oxígeno en la cloaca política de este país. Evidentemente Mas debía
mover ficha ante la amenaza republicana de dejar caer el gobierno de la Generalitat
si la convocatoria no se concretaba. Además sirve a los intereses partidarios
de CiU porque consigue desviar la atención de los verdaderos problemas que
están llevando al descrédito social a los nacionalistas.
Se pide que Mariano haga algo, que responda. La piedra le ha
sido puesta en su tejado y ahora debería ser él el que moviera ficha para
contrarrestar este órdago a la grande. Vana ilusión, no por la pusilanimidad de
nuestro presidente – que también -, sino por el interés partidario del PP en mantener
vivo este atentado institucional. A ambas partes, retador y retado, les interesa
alargar y potenciar este juego, con la seguridad de que ninguno de los dos va a
hacerse demasiado daño en esta pugna simulada, tan simulada como la indemnización
de Bárcenas que en realidad era un sueldo hecho y derecho. De igual modo que
los ciervos en celo se atacan, se chocan, berrean,… para que finalmente uno de
los contrincantes venza por abandono del otro sin hacerse la menor herida, Mariano
y Mas se atacarán, se chocarán, berrearán,… pero ninguno de los dos hará nada
que no sea prolongar el tema hasta la saciedad.
El último adelanto electoral catalán se proclamó el 25 de
septiembre y se celebró el 25 de noviembre. Transcurrieron 2 meses exactamente.
Se podrá alegar que en este plebiscito es necesario estirar los plazos porque
la falta de colaboración de las administraciones exigirá demorar la
convocatoria. En contra, se puede decir que ahora no hay que hacer listas ni
candidatos. Por tanto que la logística se vaya desde los 2 hasta los 12 meses
no tiene ninguna justificación salvo el interés partidista de los independistas
en mantener en el tiempo una larga cortina de humo y el seguidismo de los
peperos en ganar votos en otros lugares de España a costa de hacer soflamas
patrioteras y envolverse por la rojigualda.
Así que nada, tendremos un año de independentismo versus centralismo,
mucho ruido y pocas nueces, muchas cortinas para desviar la atención,… y el
próximo gobierno será el que tendrá que arreglar el desaguisado con un nuevo
marco constitucional en donde se proclame solemnemente el estado federal que de
facto ya tenemos en nuestra querida ciénaga. Entre tanto, Viva España contra
Visca Catalunya, la rojigualda contra la senyera, la Marcha Granadera frente a Els
Segadors,… y muchos millones de españoles cagándose en la madre que parió a todos mientras espera en la cola del paro encontrar
un trabajo mal pagado.