jueves, 13 de marzo de 2014

Infamia sobre infamia o nuevos datos sobre las catástrofes


Los atentados de EEUU del 11M no tienen conexión alguna y fueron realizados por grupos no coordinados que por casualidad coincidieron, además en la utilización de aviones, en el día del atentado.El avión que se estrelló en los campos interiores de EEUU fue secuestrado por un grupo de borrachos que cuando conocieron la temperatura que hacía en San Francisco, destino oficial del vuelo, obligaron al piloto a dirigirse hacia Cancún. Con el forcejeo, el avión acabó estampándose contra el suelo.

Las Torres Gemelas fueron derribadas por agentes inmobiliarios que, hartos de los problemas económicos que atravesaba su compañía por el éxito comercial del WTC, decidieron secuestrar dos aviones para hundir las torres.

Y el Pentágono fue atacado por un psicótico obsesionado con la fatal influencia para su cerebro de las formas geométricas. De hecho, entre el pasaje del avión pasó en su momento desapercibida la existencia de un pelirrojo tipo Van Gogh que, según las nuevas líneas de investigación, tomó el mando del avión a punta de navaja para estrellarlo contra el símbolo de la fuerza militar americana.

Y qué decir del hundimiento del Titanic, los atentados de ETA o de la mafia, el asesinato de Kennedy o de Carrero Blanco, la flauta de Bartolo o la burra de la abuela, … Qué decir de todos los acontecimientos mundiales de los que no se conocen todos los detalles por falta de interés en la investigación. Incluso de algunos, para escarnio de una justicia mundial más preocupada de lo divino que de lo humano, no se conoce siquiera la autoría intelectual.

El tema no da para gracietas. Demasiados muertos y heridos irrecuperables como para hacer chistes. ¡ Qué darían muchos porque los indecentes de traje y corbata – incluso algunos de misa semanal - como Cospedal o Ignacio de Madrid, tuvieran siquiera un poco de vergüenza para volver a plantear a estas alturas las estupideces y miserias con las que pretenden ocultar su responsabilidad histórica de haber mentido y manipulado sin piedad con decenas de cadáveres todavía calientes !. ¿ Qué sentirán esas personas que han quedado heridas y mutiladas de por vida cuando ven a estos tipejos decir que se tiene que investigar hasta el fondo para conocer lo que realmente pasó ?. ¿ Porqué mosen Rouco, en esas letanías sin altibajos, de sonido plano y rápido, con las que evidencia sus múltiples traumas obsesivos, no se pregunta, en lugar de insistir en las sospechas conspiranoicas, qué fue de los niños robados con la colaboración activa de curas y monjas, o por los muchos casos de pederastia que salpican a miembros de la Iglesia ?.

De Pedro J. y Losantos, mejor no decir nada. En cualquier otro país no podrían pisar la calle sin ser insultados. Pero en este santo país, llamado España, algunos tienen el derecho de mentir, insultar y conspirar hasta el extremo de llevar a toda una familia a la ruina, con suicidio de por medio incluído, sin que pase nada y, lo más lamentable, con miles de señoras y señores, que todavía se pretenden dignos, sintonizando su emisora o leyendo sus artículos. Infamia sobre infamia, Pedro J.  

lunes, 10 de marzo de 2014

La familia Montes y el 11M


Aprovechando los primeros calores del año, la familia Montes se reúne al aire libre para dar buena cuenta de un asado de cordero. Se acerca la cuaresma y es bueno ir llenando el estómago con esas exquisiteces que luego estarán prohibidas para todo buen cristiano. El tema central de conversación de hoy no podía ser otro que el 11M y la famosa conspiración, que tantos éxitos cosechó en el mundo de las derechas, liderada por El Mundo.

En esta ocasión rompe el fuego el cura dominante haciéndose eco del cambio radical de postura del famoso periódico dando por cerrada, después de 10 años de dar la matraca con pocos argumentos y muchas mentiras, la participación etarra en el atentado. ·”De sabios es rectificar”, es todo el argumentario justificativo a esta larga década. El otro cura le habla al aire de sus llegadas y salidas de los andenes de Atocha cuando participa en alguna reunión en la capital.

El ex guardia civil, en tono enojado, maldice el cambio de rumbo de El Mundo y su bajada de pantalones ante el poder cuando todo el mundo decente sabe que fue obra de ETA y que la patraña de los árabes fue inventada por Zapatero y sus amigos rojos de la Guardia Civil para ganar las elecciones. “A Pedro J. lo han echado y el nuevo sabe que tiene que decir lo que le manden porque si no lo ponen también de patitas en la calle. Toda la gente de bien sabe que fue una cosa preparada por los rojos para hundir a Aznar”.

El padre, en un acto de coherente hipocresía, reconduce el tema hacia la verdadera intención de Pedro J. “Qué fueron los moros, no hay ninguna duda. Pero había que decir que había sido ETA para quitar de enmedio a Zapatero, que no habría ganado las elecciones ni de lejos de no haber sido por el  atentado. Con lo cual la postura de El Mundo era totalmente legítima para quitar a un gobierno que no tenía ninguna legitimidad”.

“¡Ves! – dice la recién casada – ya sabía yo que Pedro J. y Franco eran dos buenas personas que sólo procuraban el bien de su país. Los dos se vieron obligados a tomar postura para salvar a España de gobiernos ilegales. Claro, no me extraña ahora, oyendo vuestros argumentos, que Zapatero fuese un maldito republicano”.

La hija, siempre en el tono pusilánime de la que espera una fuerte reprimenda, contrapone el siguiente argumento: “Han pasado diez años desde el atentado y El Mundo ha estado erre que erre con la dichosa conspiración. Un error mantenido durante tanto tiempo bien merece una explicación. No basta con que salgan los directivos del periódico a decir que ahora creen que ETA no tenía nada que ver”.

La madre salta: “Todo el mundo tiene derecho a rectificar. Tú también te has equivocado muchas veces y no por eso hemos dejado de quererte. Valiente, la niña, que viene a dar lecciones sobre las equivocaciones cuando tendrías que estar con  la boca bien tapada”. Esta salida de la madre provoca tanta tensión en la reunión que unas furtivas lágrimas recorren el rostro enrrojecido de la hija. Para rebajarla, la confidente lleva la cuestión a su terreno: “Lo que no me explico es como Ágata Ruiz de la Prada puede vivir de sus diseños con lo feos y lo caros que son”.

El hijo tiene otro tipo de preocupaciones. “Me parece que estas moscas nos van a joder el asado”.


Y en la soledad del váter, el eterno ausente de la silla vacía, analiza la imposibilidad de utilizar un deportivo biplaza para cometer un atentado. ¿No hay sitio para meter las bombas?.                     

jueves, 6 de marzo de 2014

Lamentos plañideros y lágrimas de cocodrilo

Mis previsiones no se cumplieron, y bien que me lo recuerdan algunos cercanos, cuando pensaba yo que el gobierno de Mariano no duraría mucho más allá de un año. Evidentemente me equivoqué pero mi fallida premonición no se basaba sólo en un deseo personal – que también – sino que venía avalada por una realidad social que, sospechaba por aquel entonces, asfixiaría de forma traumática al ejecutivo hasta dejarlo en la inacción. 

Con todos mis respetos hacia los ilusos, algunos ya sospechábamos que la cuestión del paro no tenía una solución tan sencilla como la que proponía el entonces jefe de la oposición: cuando desapareciera del mapa  Zapatero y llegara Mariano al poder la creación de empleo surgiría como lo hace la luz con cada amanecer. Y además, este milagro se produciría sin tocar la sanidad ni la enseñanza; sin subir impuestos ni bajar salarios; sin reducir servicios públicos ni minorar las pensiones. Todo era cuestión de confianza y para darla quién mejor que el mundialmente conocido por su eficacia y profesionalidad: el famoso Mariano.

Con su paro galopante y el incumplimiento evidente de sus promesas electorales, bien es cierto que todo justificado por la herencia recibida de Zapatero y por haber vivido por encima de nuestras posibilidades, otros temas de evidente gravedad vienen a agriar todavía más la amarga realidad: un señor llamado Bárcenas, nada más y nada menos que aupado a la máxima responsabilidad de las finanzas del PP por Mariano, es pillado con las manos en la masa y acusa con pruebas a los máximos dirigentes del PP de cobrar sobresueldos, participar en mordidas, adjudicar irregularmente contratos públicos,… Toda una trama organizada por el mayor partido del país para financiarse ilegalmente, con el conocimiento, participación y beneficio de los máximos jerifaltes.

Al tiempo que un día tras otro se van conociendo más desmanes del PP – cuentas en Suiza, cacerías millonarias, garajes con coches de lujo, vacaciones de ensueño,… - también día tras otro se incrementan las listas del paro, se desahucian personas, se quitan becas, se bajan sueldos y pensiones, se corta la dependencia,…   

Pero para sorpresa de algunos, entre los que me incluyo, el PP sigue gobernando y haciendo lo que ellos llaman reformas. Han pasado más de dos años y ahí siguen gobernando y “reformando”. Y los sondeos electorales proclamando que al día de hoy siguen teniendo una intención de voto más alta que cualquier otra opción política, con una mayoría que piensa que todavía la herencia recibida tiene recorrido y que algunos vivían estupendamente por encima de las posibilidades de los demás. Para mi modestamente es incomprensible y creo que si estuviéramos hablando de otro país de nuestro entorno hace mucho tiempo que la ciudadanía habría exigido tomar partido directo ante semejante despropósito. Pero aunque se nos llene la boca de nuestro carácter latino, con sangre caliente e inquietud vital, aquí los dictadores se nos mueren en la cama después de soportarlos o vitorearlos durante casi medio siglo.


Y el CIS viene a aderezar la ensalada diciendo que nuestra preocupación por la corrupción alcanza cuotas históricas. Debe ser la preocupación que tienen los del PP por los Ere´s de Andalucía y los del PSOE por la Gürtel, o viceversa, porque un país que realmente tuviese esa preocupación por la inmoralidad de la clase política en términos generales, con la situación social en la que nos movemos, hace tiempo que hubiese tomado alguna decisión más allá de los lamentos plañideros y las lágrimas de cocodrilo. Así que seguiré aguantando estoicamente las bromitas de los conocidos, aunque siga pensando que las quejas sociológicas son dosis de hipocresía y que una sociedad responsable y madura hace tiempo que hubiese exigido que al menos la indecencia no fuese una característica intrínseca de muchos de nuestros gobernantes.