jueves, 6 de marzo de 2014

Lamentos plañideros y lágrimas de cocodrilo

Mis previsiones no se cumplieron, y bien que me lo recuerdan algunos cercanos, cuando pensaba yo que el gobierno de Mariano no duraría mucho más allá de un año. Evidentemente me equivoqué pero mi fallida premonición no se basaba sólo en un deseo personal – que también – sino que venía avalada por una realidad social que, sospechaba por aquel entonces, asfixiaría de forma traumática al ejecutivo hasta dejarlo en la inacción. 

Con todos mis respetos hacia los ilusos, algunos ya sospechábamos que la cuestión del paro no tenía una solución tan sencilla como la que proponía el entonces jefe de la oposición: cuando desapareciera del mapa  Zapatero y llegara Mariano al poder la creación de empleo surgiría como lo hace la luz con cada amanecer. Y además, este milagro se produciría sin tocar la sanidad ni la enseñanza; sin subir impuestos ni bajar salarios; sin reducir servicios públicos ni minorar las pensiones. Todo era cuestión de confianza y para darla quién mejor que el mundialmente conocido por su eficacia y profesionalidad: el famoso Mariano.

Con su paro galopante y el incumplimiento evidente de sus promesas electorales, bien es cierto que todo justificado por la herencia recibida de Zapatero y por haber vivido por encima de nuestras posibilidades, otros temas de evidente gravedad vienen a agriar todavía más la amarga realidad: un señor llamado Bárcenas, nada más y nada menos que aupado a la máxima responsabilidad de las finanzas del PP por Mariano, es pillado con las manos en la masa y acusa con pruebas a los máximos dirigentes del PP de cobrar sobresueldos, participar en mordidas, adjudicar irregularmente contratos públicos,… Toda una trama organizada por el mayor partido del país para financiarse ilegalmente, con el conocimiento, participación y beneficio de los máximos jerifaltes.

Al tiempo que un día tras otro se van conociendo más desmanes del PP – cuentas en Suiza, cacerías millonarias, garajes con coches de lujo, vacaciones de ensueño,… - también día tras otro se incrementan las listas del paro, se desahucian personas, se quitan becas, se bajan sueldos y pensiones, se corta la dependencia,…   

Pero para sorpresa de algunos, entre los que me incluyo, el PP sigue gobernando y haciendo lo que ellos llaman reformas. Han pasado más de dos años y ahí siguen gobernando y “reformando”. Y los sondeos electorales proclamando que al día de hoy siguen teniendo una intención de voto más alta que cualquier otra opción política, con una mayoría que piensa que todavía la herencia recibida tiene recorrido y que algunos vivían estupendamente por encima de las posibilidades de los demás. Para mi modestamente es incomprensible y creo que si estuviéramos hablando de otro país de nuestro entorno hace mucho tiempo que la ciudadanía habría exigido tomar partido directo ante semejante despropósito. Pero aunque se nos llene la boca de nuestro carácter latino, con sangre caliente e inquietud vital, aquí los dictadores se nos mueren en la cama después de soportarlos o vitorearlos durante casi medio siglo.


Y el CIS viene a aderezar la ensalada diciendo que nuestra preocupación por la corrupción alcanza cuotas históricas. Debe ser la preocupación que tienen los del PP por los Ere´s de Andalucía y los del PSOE por la Gürtel, o viceversa, porque un país que realmente tuviese esa preocupación por la inmoralidad de la clase política en términos generales, con la situación social en la que nos movemos, hace tiempo que hubiese tomado alguna decisión más allá de los lamentos plañideros y las lágrimas de cocodrilo. Así que seguiré aguantando estoicamente las bromitas de los conocidos, aunque siga pensando que las quejas sociológicas son dosis de hipocresía y que una sociedad responsable y madura hace tiempo que hubiese exigido que al menos la indecencia no fuese una característica intrínseca de muchos de nuestros gobernantes.

               

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