- Ana Botella, en contra de su voluntad, anuncia
que no será la candidata del PP a la alcaldía de Madrid. Automáticamente el
debate sucesorio, que ya estaba abierto porque la alcaldesa presentaba
múltiples indicios de agotamiento político, se reaviva copando la actualidad política
nacional. Parece que tres son las mujeres con posibilidades: Soraya Saez, la
vicepresidenta; Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno y Esperanza
Aguirre, la jefa del partido en Madrid. La mayoría de los afines y
simpatizantes – o al menos los que más se dejan oír – defiende una candidatura liderada
por Esperanza, sabedores del apoyo popular y simpatías que despierta entre el
electorado madrileño. Muchos pensamos que sólo el hecho de intentar entronar a
una presunta delincuente, que entre otras lindezas ha menospreciado el papel de
los agentes municipales, ya dice mucho de los potenciales votantes madrileños.
No me puedo ni imaginar que un representante político de Berlín, París,
Londres, Nueva York,… que hubiese tenido una actuación tan lamentable pretendiese
seguir con su carrera política. Pero que encima reciba el masivo apoyo popular
dice mucho de los valores y principios de la ciudadanía madrileña. Es imposible
que un partido acometa un proyecto regenerador si sus votantes no lo exigen. Y
los del PP no sólo no lo piden sino que están encantados con esa impresentable
señora que les puede dar lo único que pretenden: el poder. Esta es nuestra
querida derecha, sin recovecos, sin matices, sin amalgamas; su único objetivo
es gobernar por encima de cualquier principio o valor.
- Para sumar una nueva guinda al pastel de los
Pujol, ahora se publica que la Agencia Tributaria devolvió al clan por la
declaración de la renta del año pasado más de 12.000 euros. Además de choricear
y de reírse de todo el mundo, los sufridos españolitos les devolvemos una pasta
a través de la Hacienda Pública. Esto pasa por tener una administración
tributaria carente de imaginación que centra sus esfuerzos en tocar las narices
a los que puede meter en un ordenador para jugar con sus datos. Que ninguno de
los asalariados de este país defraude ni un euro porque el ordenador lo chivará
pero entre tanto nada nuevo ante los fraudes masivos, las evasiones de capital,
el dinero negro, las comisiones ilícitas, las cuentas en paraísos fiscales, los
blanqueos y los pagos sin factura. Los expertos en el tema estiman que la
economía sumergida en nuestro país representa un 25% del PIB. ¿Cuántos
servicios públicos que se han destruido o están en evidente estado de deterioro
se podrían financiar si tuviéramos una Hacienda con una gestión ágil, dinámica,
innovadora y con imaginación?. Se podrían tener unos servicios públicos que nos
hicieran incluso parecer un país de Europa y se evitarían las tentaciones de
muchos de recortar en servicios públicos bajo el pretexto de la falta de dinero
para financiarlos. Y de paso, con una Hacienda moderna muchos chorizos se lo
pensarían dos veces a la hora de meter los dedos donde se los pueden cortar de
cuajo.
-
La ruptura entre los independentistas catalanes
está más que cantada. La muerte anunciada de los
idilios entre Mas y sus amigos
de viaje tiene como fecha, a lo más tardar, el día en que se publique la
sentencia del Constitucional sobre el referéndum independentista. Mas da por
hecho que el 9 de noviembre no habrá votaciones y sus amigos dejarán – si no lo
han hecho antes -
de apoyarle en su gestión.
El Gobierno quedará en evidente minoría, con una disyuntiva que tomar: o
convocatoria de elecciones anticipadas (otra vez) o firma de nuevos acuerdos
con otras fuerzas políticas. La primera opción supondría el suicidio político
de CiU porque pondría en bandeja la mayoría absoluta a ERC que además sacaría músculo
haciendo lo que Mas ha sido incapaz de conseguir. No tienen otro remedio de
dejarse caer en los brazos del PSC, hacerle ojitos a Pedro Sánchez y crearle un
nuevo problema a Mariano con la posibilidad de abrir un proceso constituyente
que recoja las pretensiones federales de muchos catalanes. Sólo ésta es la explicación
de los desaires de los políticos de CiU ante la insistencia de los líderes de
ERC de hacer el referéndum por las buenas o por las malas. Éste es el plan B del
Gobierno catalán: escenificar un nuevo pacto con el PSC que le dé aire por unos
meses y presentarse ante Madrid con una nueva Constitución y un nuevo Estatuto que
recoja las aspiraciones del pueblo catalán. Y de paso Pedro Sánchez le crea un
nuevo problemón al inmovilismo de Mariano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario