martes, 20 de agosto de 2013

La estafa piramidal: Bárcenas vs. Gibraltar

Tapar un problema con la generación o provocación de otro de mayor transcendencia. En términos empresariales hemos asistido a la explosión de fraudes piramidales que, en el plano económico, sería la traslación de lo que acontece con el caso Bárcenas o asunto Rajoy. Madoff, Afinsa, Rumasa, Forum Filatélico,… eran ejemplos de estafas piramidales que implosionaron como consecuencia de la falta de liquidez de los accionistas por efecto de la crisis. La estrategia de estas estafas es ofrecer un producto atractivo en el mercado con promesas de ganancias suculentas para los inversores. Normalmente ofrecen tipos de interés mucho más altos que los que rigen el mercado, siendo éste el reclamo para que personas o entidades con liquidez inviertan sus capitales en estas empresas. La forma de remunerar esos altos intereses es atrayendo a nuevos inversores que depositan su dinero en la empresa, el cual es utilizado para satisfacer los intereses. Se entra así en un círculo vicioso formado por nuevos inversores que son engañados para satisfacer con su dinero las promesas a los viejos accionistas. Y así va creciendo el ovillo porque es imprescindible que el flujo de nuevos inversores no se detenga para pagar a los que ya están en la organización. El problema llega cuando la entrada de nuevo capital no es suficiente para pagar los intereses prometidos y los inversores no ven cumplidas sus promesas.
Pues ni más ni menos que ésta es la estrategia del gobierno y del PP en el caso Bárcenas o asunto Rajoy. Para ocultar los problemas que le genera la figura del extesorero, la caja B, los sobresueldos, las mordidas con concesión de contratos públicos, los despidos en diferido, las indemnizaciones millonarias y toda la multitud de desmanes que conlleva este caso, … para ocultar todo eso aprovechan el conflicto con Gibraltar con la intención de desviar la atención pública. Asistiremos ahora a bravuconadas patrioteras acompañadas de desmesuradas banderas rojigualdas, con un fondo en forma de peñón, que pretenderán abrir los telediarios, acaparar portadas de periódicos, centrar tertulias radiotelevisivas, y de paso acusar de antiespañoles a todos los que no se pongan incondicionalmente del lado del PP. Todo con el único objetivo de tapar las miserias del caso Bárcenas o asunto Rajoy.
Pero de igual manera que en los fraudes piramidales, el PP debería ir con mucho cuidado porque, de la misma forma que cuanto mayor es el tinglado financiero peores son las consecuencias cuando se descubre el pastel, cuanto mayor sea la apuesta del Gobierno frente a los británicos mayor será el tortazo. El mayor riesgo de los órdagos es ser cazado sin nada.
España no puede acometer esta empresa en los tiempos actuales. Nuestra imagen internacional está ya lo suficientemente dañada por asuntos puramente domésticos como para fomentar que los ingleses empiecen a hablar todavía peor de nosotros e ironizar sobre nuestras prácticas sociales. Y lo peor es que una carrera a la desesperada por ocultar lo que el temita traerá sin duda con el final de las vacaciones puede llevar al PP a entrar en una dinámica inconscientemente suicida provocando otros problemas para ocultar la estafa o llevando la crisis con Gibraltar a un punto peligroso para ellos y para nuestro país.
Esperemos que de una vez por todas el PP se comporte de forma responsable, asuma sus errores en todo este asunto y deje de crear otros problemas para ocultar sus miserias internas.
¡Ah,! Y para que no me acusen de lo que no soy, dejo claro que me parece impresentable la existencia de una colonia en territorio español en los tiempos actuales. O con más rotundidad para que quede todavía más claro: ¡ Gibraltar español !. Pero, por favor, los órdagos y faroles déjenlos para el mus, por la gloria de su madre.      

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