La familia Montes,- que así se llama nuestra querida
familia -, debate sobre la actualidad social. Por corrillos han hablado sobre
las nuevas de Belén Esteban, el desaguisado del hijo del torero y la niña adoptada
asesinada en Galicia. Al hablar de Galicia brevemente alguien ha tratado sin
demasiado éxito el accidente del tren. También han salido a relucir el Real
Madrid, el papa Francisco, las palizas de los Mossos y algunos chismes del
pueblo. Casi a los postres, toda la mesa ha debatido sobre un único tema: la
sentencia del Prestige. Más o menos, el diálogo ha tenido este cariz:
- El padre ha sentenciado que la sensata decisión
del juez confirma que los dirigentes del PP actuaron de forma correcta y que
toda la confusión generada fue consecuencia de la manipulación política del
PSOE. “Cualquier cosa les venía bien para hundir al Gobierno”.
- La madre ha apuntillado sobre la ineptitud de
los socialistas: “No saben hacer nada de nada, sólo quejarse y echar la culpa
de todo a los demás. Les gustaría que este país se hundiera como ese barco…”.
- Al otro extremo de la mesa, los recién casados
han profundizado en los aspectos patrios del tema. Él reprocha el
comportamiento de los rojos: “Y encima esos malnacidos del “nunca mais” o como
se diga, haciendo manifestaciones y huelgas. ¡Qué poco protestan cuando ETA
mata a un guardia civil!. Porque eso es lo que son: etarras. Y punto.”. Ella
encuentra un punto más original que da cierto tono cupletero al tema: “La Cope
dijo que el barco iba hacia Gibraltar. Se podían haber metido el chapapote
donde yo les dijera, esos medio ingleses. Qué poca vergüenza contratar barcos
tan grandes que son casi chatarra para ensuciar toda la costa española. Qué
lástima que no les haya llegado nada allí”.
- Los curas, en boca de su portavoz, añaden que el
verano pasado estuvieron unos días en Galicia, gozando del románico y del
marisco, y que todas las playas estaban espléndidas. “No hay ni rastro del
chapapote ese”. “Es que el mar allí tiene mucha fuerza”, apuntilla su
compañero.
- La hija critica que Fraga y Cascos, que entonces
eran el presidente de Galicia y ministro de Fomento, respectivamente,
prefirieron irse de cacería en lugar de estar al pie del cañón. La madre
contesta que si ya tenía el viaje y todo lo demás pagado no tenían otra opción
por que “no sé si sabrás pero eso cuesta un dineral”. “No sé ni me importa lo
que cuesta ir a una cacería pero ellos deberían haber estado en Galicia
organizando el asunto”, contesta. “Siempre con tus historias. No sé quien te
mete toda esa basura en la cabeza. Siempre criticando todo y en contra de
todos. No ves que aquí estamos todos de acuerdo. Anda, calla y deja de decir
tonterías.”, contesta la madre.
- La confidente está en la misma línea: “Tiene
razón tu madre, no sabes el dineral que cuesta una cacería. Menos mal que a
nosotros no nos ha dado por ahí porque un amigo nuestro que de vez en cuando va de cacerías, bla, bla,bla…”
- " Qué bueno está el bacalao”, dice el hijo.
En la soledad del váter, la página cuarta de la
revista presenta a todo color un estupendo Lamborghini naranja de esos que tienen
las puertas como si fueran alas.
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