ETA declara otra tregua. Esta vez parece que todas las fuerzas políticas y sociales están de acuerdo en la nula validez de este comunicado para modificar las estrategias políticas. Todos están con el Gobierno en la necesidad de continuar con las medidas policiales como único posicionamiento ante el grupo terrorista. Efectivamente, me he leído el comunicado y sigue con la misma cantinela de siempre: que si lucha armada frente al estado opresor, que quieren abrir vías de diálogo para resolver el problema vasco,… Algún matiz mínimo y más adjetivos es lo único novedoso que aporta.
Vamos a jugar a futuribles. Evidentemente ETA hace esto porque están cansados de correr con la policía pisándoles los talones y en vez de una banda terrorista parecen una cuadrilla de ratones escondiéndose de los cada vez más abundantes gatos. Finalmente, aunque no lo digan explícitamente, tirarán la toalla por propia inacción. Los movimientos antiestado casi nunca declaran el final del combate y menos aún su rendición; nadie buscará por nuestros montes guerrilleros del “maquis” aunque no haya un declaración formal de disolución o rendición. Simplemente terminaron cuando se convirtieron en un grupo de aventureros, sin orden ni estrategia, cuyo único objetivo era huir de la Guardia Civil para no ser capturados. Así terminará ETA: por inanición.
Entre tanto, aunque lo creo improbable, podremos asistir a algún que otro mensaje malintencionado en el que se pueda vislumbrar algún resquicio de esperanza y así producir la fractura en la opinión pública que éste no ha logrado. Y entonces asistiremos nuevamente al espectáculo lamentable, nuevamente lamentable, de ver quien es el más patriota y el más defensor de las causas justas. Porque cuando algunos dicen que lo que ETA tiene que hacer para ser creíble es rendirse, los matices empiezan a surgir. A los patrioteros de siempre les bastará con una rendición – que no se producirá, por lógica terrorista – a exigirán más y más: primero que se rindan; luego que entreguen las armas; luego que pidan perdón; más tarde que se entreguen todos los que participaron y no están en las cárceles; luego que entreguen el dinero para indemnizar a las víctimas; seguidamente que delaten a otros cómplices; más tarde, que prometan la Constitución; luego,… y así hasta el infinito. Y si en alguno de esos pasos, el Gobierno cede y abandona la actual estrategia, empezarán con monsergas como otra rendición ante los terroristas, falta de respeto a las víctimas, cesión del estado de derecho,… Salvo que sean ellos los que estén en Gobierno en que entonces, simplemente por ponerse la medalla y recoger los frutos, firmarían a la primera. Es lo que tiene ser patriota: no necesitas demostrar tu amor a España porque la militancia en ese partido político te da el carnet para siempre.
Menos mal que el comunicado no llegará. Supongo que éste es el último antes del final. Pero como algo habrá que hacer para terminar con esta pesadilla, aunque sea por hechos consumados, volveremos a ver a demagogos y voceros declarar el entreguismo de Zapatero a la banda terrorista. ¡Ya vereis!.
Vamos a jugar a futuribles. Evidentemente ETA hace esto porque están cansados de correr con la policía pisándoles los talones y en vez de una banda terrorista parecen una cuadrilla de ratones escondiéndose de los cada vez más abundantes gatos. Finalmente, aunque no lo digan explícitamente, tirarán la toalla por propia inacción. Los movimientos antiestado casi nunca declaran el final del combate y menos aún su rendición; nadie buscará por nuestros montes guerrilleros del “maquis” aunque no haya un declaración formal de disolución o rendición. Simplemente terminaron cuando se convirtieron en un grupo de aventureros, sin orden ni estrategia, cuyo único objetivo era huir de la Guardia Civil para no ser capturados. Así terminará ETA: por inanición.
Entre tanto, aunque lo creo improbable, podremos asistir a algún que otro mensaje malintencionado en el que se pueda vislumbrar algún resquicio de esperanza y así producir la fractura en la opinión pública que éste no ha logrado. Y entonces asistiremos nuevamente al espectáculo lamentable, nuevamente lamentable, de ver quien es el más patriota y el más defensor de las causas justas. Porque cuando algunos dicen que lo que ETA tiene que hacer para ser creíble es rendirse, los matices empiezan a surgir. A los patrioteros de siempre les bastará con una rendición – que no se producirá, por lógica terrorista – a exigirán más y más: primero que se rindan; luego que entreguen las armas; luego que pidan perdón; más tarde que se entreguen todos los que participaron y no están en las cárceles; luego que entreguen el dinero para indemnizar a las víctimas; seguidamente que delaten a otros cómplices; más tarde, que prometan la Constitución; luego,… y así hasta el infinito. Y si en alguno de esos pasos, el Gobierno cede y abandona la actual estrategia, empezarán con monsergas como otra rendición ante los terroristas, falta de respeto a las víctimas, cesión del estado de derecho,… Salvo que sean ellos los que estén en Gobierno en que entonces, simplemente por ponerse la medalla y recoger los frutos, firmarían a la primera. Es lo que tiene ser patriota: no necesitas demostrar tu amor a España porque la militancia en ese partido político te da el carnet para siempre.
Menos mal que el comunicado no llegará. Supongo que éste es el último antes del final. Pero como algo habrá que hacer para terminar con esta pesadilla, aunque sea por hechos consumados, volveremos a ver a demagogos y voceros declarar el entreguismo de Zapatero a la banda terrorista. ¡Ya vereis!.
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