viernes, 14 de enero de 2011

¡Viva Túnez!


El dictador tunecino ha sido expulsado por el pueblo; se ha visto obligado a salir volando hacia algún país cuyo impresentable gobernante le dará asilo. Espero que no asistamos nuevamente a una plácida jubilación, en algún destino tranquilo, con protección permanente y viviendo a cuerpo rey con el dinero y los bienes que durante largos años haya robado a su país. Es necesario que estos tipos sean puestos a disposición de la justicia y juzgados, de manera justa – por no hacer lo mismo que ellos han hecho – pero juzgados, al fin y al cabo.

Para los gobiernos cómplices que allí lo pusieron y lo mantuvieron durante tantos años, con el único propósito de ver satisfechos sus intereses estratégicos, la enseñanza de que nuevamente un pueblo levantado y harto de tanta injusticia es capaz de poner hasta al más impresentable de patitas en la calle. Lástima que por el camino hayan quedado tantos miles de personas que habrán sufrido persecuciones, torturas y muertes.

Espero que haya elecciones libres, que el pueblo tunecino decida quienes deben dirigir sus designios, y que un nuevo país salga de la sucia lista de dictaduras. Sean del signo que sean, lleven traje o uniforme. Espero que no pase como en su vecina Argelia donde unos resultados electorales que no gustaron a Occidente pusieron en marcha la maquinaria de la fuerza y consiguieron sentar las bases para una soterrada y oculta guerra civil. Espero que tomen nota otros pueblos vecinos y den también una patada en el culo a todos esos reyezuelos y militarotes que son mantenidos interesadamente por el mundo rico y civilizado. Desde Marruecos hasta Egipto, ni un solo país ha tenido posibilidad de elegir su futuro; y si alguno ha osado hacerlo en la línea que no gustaba, rápidamente se ha reconducido hacia posiciones más razonables. Espero que esos principios sagrados en Europa (igualdad, legalidad, libertad, democracia, progreso,…) se vayan extiendo también por el norte de África, por su bien y por el nuestro. La lógica troglodita de que a más fuerza contra el moro más paz para el cristiano debería haber sido ya superada por la evidencia de la realidad. Saquemos lecciones de lo que hemos vivido en los últimos años. Es una cuestión de algo tan simple como un poquito de inteligencia.

¡Viva Túnez!.

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