lunes, 3 de diciembre de 2012

El extraño caso de la insoportable ingobernabilidad de Mas

Me gusta escribir en la solapa de los libros las frases ingeniosas que aparecen según voy leyendo. De perlas me viene la siguiente para explicar lo que le ha sucedido a Mas: “Tres son los grandes problemas del hombre: la naturaleza de complicar todo innecesariamente creando nuevos problemas, el absurdo afán de asumir problemas ajenos, y la estupidez de evitar los problemas reales."
Efectivamente, con la convocatoria de elecciones anticipadas en base a un apoyo masivo a su propuesta independentista, Mas se ha creado un nuevo problema que no tenía – pérdida de escaños en el Parlamento catalán -, pretendiendo esconder los problemas reales de su gobierno – cuadrar las cuentas mediante recortes – y haciendo el caldo gordo a Ezquerra Republicana en sus alegatos soberanistas.
En el anterior parlamento CiU podía elegir a cualquiera de sus rivales políticos para aplicar sus proyectos políticos. La necesidad de obtener sólo 6 votos ajenos para constituir una mayoría absoluta le permitía sin problemas acudir a lo que ahora se llama la geometría variable. Las posibilidades del mapa actual son las mismas; tiene una triple opción de pacto (con ERC. PSC y PP) pero con una considerable minusvaloración de su peso relativo. Pero además, y como consecuencia de lo anterior, un improblable pacto entre los grandes opositores podrían tirar por tierra sus propuestas políticas.
Mas tiene dos problemas estructurales que abordar. El primero es real y ha sido presente desde los inicios de su presidencia: hacer frente a un presupuesto con menores ingresos y, por tanto, con gastos recortados. El otro es ahora real pero aparecido gracias al “virtuosismo” político de CiU: la independencia de Cataluña. Abordar ambos en su mandato es sencillamente incompatible con la actual composición del Parlament. Si opta por el primero, sólo encontrará al PP y, probablemente, a Ciutadans; si elige el segundo, podrá apoyarse en Ezquerra y el CUP. Pero ni para uno y para el otro encontrará más apoyos, y sí a cambio tendrá toda la oposición del contrario. Si toma el camino de los recortes se encontrará con los llamados partidos de izquierdas que no pueden formar mayoría absoluta pero que tomarán buena nota para no apoyar en su proyecto independentista a una CiU insensible a los recortes. Además el PP y Ciutadans condicionarán su apoyo, como ya lo han hecho, a un abandono claro y tajante de la aventura independentista.
En conclusión, vamos a tener una Cataluña helenizada con nuevas elecciones a corto plazo porque este Parlamento no tiene ninguna viabilidad. Quizá es la penitencia que deben pagar los partidos nacionalistas por haber jugado a Jekill y Hyde durante tanto tiempo.

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