miércoles, 26 de diciembre de 2012

Tres M que nos deja esta crisis: Mariano, Mas y Monti


- Mariano, a pesar de prometer que no utilizaría nunca la herencia recibida para justificar sus desatinos políticos – dijo aquello tan responsable de que él no había venido para quejarse sino para solucionar problemas – ha hecho todo lo contrario a lo que propuso como candidato. En base a esa maldita herencia, sube impuestos, baja sueldos y pensiones, recorta la sanidad y la educación, mete la tijera en prestaciones sociales,… y ahí sigue cual salvador de la patria en aras de un arreglo que nadie ve. Un ejemplo de libro de cómo la ignorancia popular y la manipulación mediátíca pueden justificar una pueril acción de gobierno.

- Mas se pilla los dedos y algo más en una huída hacia delante que le lleva a convocar unas elecciones en base a un único proyecto: la independencia de Cataluña. A pesar de que su programa electoral tiene más de 150 páginas, la necesidad de pactar con Ezquerra Republicana le ha hecho asumir un programa fiscal claramente de izquierdas. Y hete aquí que tenemos al partido más liberal comprometiéndose con medidas contrarias a su lógica ideológica en aras del mantenimiento del poder. Por la poltrona y por la promesa de una consulta ilegal, CiU ha dado el visto bueno a más de 10 nuevos impuestos que dejan su ideario político en la basura. Es el abrazo del oso porque con su vanidosa miopía, Mas conseguirá dos cosas:
-        Que CiU sufra un descrédito tal que su declive electoral tenga proporciones históricas. El electorado convergente es liberal y esta deriva izquierdista absolutamente opuesta a su ideario político le hará perder para siempre muchos simpatizantes.
-        A diferencia del electorado de ERC que es cien por cien independentista, el de CiU es nacionalista. Con su pacto electoral ERC ve reforzado su ideario mientras que CiU entra en un horizonte plagado de incertidumbres y dudas.

- Monti se erige en salvapatrias por encima del bien y del mal. No se somete a la voluntad popular pero si los que ganen las elecciones le proponen como presidente, adoptando por su supuesto su programa económico, aceptará tamaña responsabilidad. Sospecho que pensará que las elecciones democráticas son un mero trámite que hay que sufrir para hacer lo que se debe hacer, lo que Dios manda a la italiana. La única diferencia entre este tipo de fascismo y el de Mussolini es la sutileza.

¿ Feliz 2013 ?

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