lunes, 20 de mayo de 2013

Chiquitos, almodóvares y otros de parecido pelaje

-        Mou y el PP: resulta que ahora casi el 90% de los aficionados del Real Madrid no quieren volver a ver a Mou en el banquillo. Atrás quedan esas ovaciones cerradas tras escenas propias de gente de poca categoría, como la pancarta de tu dedo nos guía. Antes era aclamado como un héroe cuando sobre el papel no había obtenido demasiado y ni su juego ni sus resultados justificaban la inversión realizada. Ahora, cual apestado, nadie de los que antes le aclamaban incondicionalmente quieren ni verlo. ¡Qué similitud tan insufrible con lo que ha pasado con los votantes del PP!. Ahora todos, o casi todos, los votantes de Mariano – que también empieza por eme – parecen haber olvidado su papeleta y que claman contra los recortes y la falta de soluciones a los problemas de este país. Me gustaría que dieran un paso al frente y en una tarde antes de empezar el partido unos y otros en una manifestación multitudinaria, entonaran el mea culpa y, como si fueran gente responsable, reconocieran su complicidad con este desangelado presente. Y el primero de los del fútbol debería ser Florentino que, además de ficharlo y presentarlo como el nuevo gurú que volvería a traer la gloria al Madrid, lo apoyó en todas sus esperpénticas actuaciones hasta la fecha.  
-        Rubalcaba y las primarias: Todos los discursos de prometida regeneración política por parte del PSOE caen en saco roto cuando Rubalcaba o cualquiera de sus leales colaboradores – hoy le ha tocado a P. López – vuelven a manipular con discursos que reniegan de las primarias. Cuando toque, para octubre, tras el debate de ideas,… son soflamas para retrasar lo que un altísimo porcentaje de militantes y simpatizantes del PSOE quiere, que un nuevo líder y un nuevo equipo haga frente a la mayoría absoluta de Mariano. Pretender que Rubalcaba y su equipo apruebe ahora un plan de actuación renovado que ponga en evidencia los problemas estratégicos del PSOE hasta la fecha cuando él era un importante mentor e impulsor de esa estrategia, es como pretender que el Real Madrid, con Mou al frente, sea un equipo elegante, respetuoso y respetado. Inexorablemente lo uno va ligado a lo otro, y de la misma forma que Mou representa lo que representa, Rubalcaba es identificado con listas cerradas, guerras internas, políticas liberales, calendarios endogámicos… La mejor prueba de la imprescindible desaparición de Rubalcaba en la dirección del PSOE es la obstinación en que los tiempos de su partido sean los tiempos de su conveniencia, a la espera de que las encuestas de opinión, más por mérito del PP que del propio Rubalcaba, dejen de proclamar la exasperante pérdida de votos de la oposición y la falta de confianza de los electores en su liderazgo.
-        Montoro y sus deseos: A Montoro le gustaría bajar los impuestos pero no puede, lo mismo que a su jefe le gustaría subir las pensiones y no recortar en sanidad y educación, pero tampoco puede. ¡¡ No puedo, no puedo !!, decía Chiquito de la Calzada. Supongo que tampoco querrán financiarse ilegalmente, bajar sueldos y derechos laborales, echar a médicos y profesores, potenciar la religión en los colegios, cobrar tasas judiciales, suprimir ayudas a dependientes, perseguir a mujeres que abortan,… Llegará un día en que el Sr. Guindos o la Sra. Báñez dirán que ellos no quieren elevar el número de parados pero… ¡cachis!, el paro sube y sube. A este paso la acción del gobierno de Mariano bien podría titularse “La ley del deseo”, por aquello de me gustaría pero… Estos ministros y su jefe, salvo honradas y reducidas excepciones, cada día se parecen más una pandilla de bufones achiquitados dentro de una película de Almodóvar.                              

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