lunes, 3 de febrero de 2014

Un olivo para Vox



Uno de los logros que se le ha atribuido históricamente al PP es haber sido capaz de aglutinar en un solo partido a todo el pensamiento de derechas, evitando la constitución y consolidación de un partido de extrema derecha. Parece que esta realidad va a ser modificada con la aparición de Vox, un partido político que proclama abiertamente la liquidación del Estado de las Autonomías, la penalización de cualquier tipo de aborto, la equiparación de Estado e Iglesia,… y la presencia de determinadas personas que dejan entrever con claridad su posicionamiento político.

Personalmente siempre he pensado que este aglutinamiento ha sido una desgracia para España porque no permite hacer planteamientos políticos responsables. De la misma manera que sería impensable un partido único de izquierdas que acogiera desde las progres liberales hasta los marxistas leninistas, el artificio de una derecha que acoge en su seno desde los demócratas liberales hasta los franquistas o nazis añorantes impide hacer posicionamientos claros y exige tomar decisiones en base a la actualidad de los hechos y el equilibrio de poderes. El único fin de esta amalgama es acceder el poder y, en consecuencia, cualquier estrategia es válida si el fin se consigue.

Ahora tendremos un partido que permitirá distinguir el grano de la paja y la cal de la arena. Ahora, cuando se defiendan tesis radicales sobre temas como la solución al terrorismo, el aborto, la inmigración, el concepto de familia, el modelo de educación, la protección social,... cada uno podrá posicionarse donde más a gusto se encuentre sin necesidad de utilizar ficciones grises para no llamar a lo blanco, blanco y a lo negro, negro. Quizá hasta podamos por fin visualizar un Congreso que condene el golpe de estado y la dictadura franquistas, con el voto en contra de los añorantes. Porque de eso se trata, de conocer exactamente qué apoyo social tienen determinadas propuestas políticas que influyen de forma trascendente en nuestras vidas.

Por eso, y por conseguir de una vez por todas una derecha madura y responsable, homologable a la de cualquier país democrático de nuestro entorno, es por lo que creo que la aparición de Vox es una bendición para nuestro sistema democrático. Prefiero mil veces a un Sarkozy perfectamente diferenciado de los LePen o una Merkel frente a los nazis, que a un Mariano flanqueado de liberales, curas y fachas a partes iguales. Y que cada olivo aguante a su mochuelo.      

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