martes, 22 de enero de 2013

Montoro, sus pulpos y niños chinos



Algunas reflexiones acerca de lo que ocurre estos días en torno al PP:
1.- La clase política defiende, sin excepciones en este caso, la honorabilidad y honestidad de la mayoría de sus miembros, lamentando que por una minoría que tiene comportamientos indecentes se ponga en duda toda su actuación pública. Admitiendo pulpo como animal de compañía, si realmente creyeran en esta máxima y obrarán en consecuencia, no acierto a descubrir dónde está el problema para que se adopten medidas de corresponsabilidad en los nombramientos y apoyo de corruptos en el sentido que proponía en mi anterior entrada: los autoridades políticas que nombren o apoyen a políticos corruptos deben desaparecer de la vida pública.
2.- Si los directivos del PP cobraban sobresueldos en negro – y todo parece indicar que así era – y esa práctica era fruto de un protocolo admitido por la dirección del partido, tendremos que admitir que los pulpos no son animales de compañía porque si el reflejo de los cargos y autoridades del PP eran sus mayores con sobresueldos, la idea que se trasladaba al resto de cargos públicos era que cada uno se buscase la vida como pudiese para completar los escasos ingresos obtenidos por vía legal. Y si era vox populi que los mayores del PP cobraban sobresueldos con la anuencia del aparato y total impunidad, qué problema habría en que alcaldes cobrasen por recalificar terrenos o directores generales por adjudicar contratos. Los niños chinos hablan en chino porque imitan a sus papás; si hubiesen nacido en Algeciras hablarían castellano con acento andaluz.
3.- Este sí es el principio del fin del PP. Toda su estrategia se ha derrumbado de un plumazo. Intentaban construir un rascacielos con cimientos de mantequilla y, con toda lógica, el mastodonte se les ha venido abajo. Ellos no querían adoptar medidas impopulares pero la herencia recibida de Zapatero les ha obligado a subir impuestos, bajar pensiones, recortar en sanidad y educación, quitar pagas extras,… Con este cuento han estado justificando toda su acción de gobierno en el último año, de tal forma que el descontento social y el incremento del paro son consecuencia de las medidas que obligatoriamente deben adoptar para corregir los desmanes del gobierno socialista. ¿En qué parte de la herencia recibida encajarán al Sr. Bárcenas?. Los malabaristas de la demagogia tendrán que oír ese apellido cada vez que apelen al brutal gasto público, al vivir por encima de las posibilidades, a la necesidad de ajustarse todos el cinturón,… Un año les ha durado el cuento - mucho para la base que tenía – pero ahora tendrán que tirar de manipulaciones y simplificaciones para llegar al final del mismo. Parece que la estrategia está servida y ante la carencia de argumentos convincentes tirarán del “y tú más”. Mañana lo veremos con Montoro… pobre.

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