Descubierto el fraude electoral con el que el PP llegó al Gobierno
con una amplia mayoría absoluta, tocaba idear y poner en marcha eslóganes para
justificar el comportamiento gubernamental haciendo todo lo contrario a lo que había prometido y consiguiendo empeorar todos los indicadores socioeconómicos
heredados. Como su mayoría absoluta le otorgaba el poder para adoptar las
medidas que tuviese a bien y le impedía justificarse en torno a una alianza con
otras fuerzas políticas con diferente visión de la realidad, puso en marcha una
tormenta de ideas con la finalidad de justificar lo injustificable. Y así
aparecieron mensajes del tipo “la herencia recibida”, “todos somos iguales”, “cualquier
gobierno hubiese tenido que hacer lo mismo que el PP”, “el PSOE nos mintió con
los datos de déficit”,… y el ahora olvidado “hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades”.
Efectivamente todos los líderes del PP han utilizado con
mayor o menor frecuencia el socorrido “los españoles hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades” para asimilar sus políticas recortadoras con un ejercicio
de responsabilidad frente a la cabeza ligera de los españoles que nos habíamos hipotecado
hasta les cejas en pisos caros y apartamentos de lujo. Estábamos pagando las
consecuencias de haber vivido por encima de nuestras posibilidades y, además de
desahuciarnos de nuestras casas y obligarnos a mal vender el coche, estábamos obligando al Gobierno a adoptar en contra de su voluntad esas medidas antipopulares que suponían
darle una patada a su programa electoral.
Pero ocurre que empiezan a conocerse detalles de las cuentas
millonarios de Bárcenas en Suiza, la financiación irregular y los sobres en negro repartidos en Génova, el tren
de vida de algunos directivos o amigos del partido,… y por arte de magia el
eslogan sobre vivir por encima de nuestras posibilidades desaparece del mapa.
Se puede tener mucha jeta, debieron pensar, pero decir determinadas tonterías cuando el
telediario – muy a su pesar – informa sobre las cuentas de Bárcenas, sus viajes,
sus propiedades,… parece una provocación.
Y ahora nos enteramos que Sorayita, nuestra vicepresidenta que
parecía libre de toda culpa, cobraba la nada despreciable cantidad de casi 12.000
euros al mes (2 millones de las antiguas pesetas) por su condición de jefecilla
de la cuadrilla. Ella no vivía por encima de nuestras posibilidades porque como
todo el mundo sabe en este país, muy a pesar de la crisis, lo normal es cobrar
de millón p´arriba al mes. Y también es normal meterse en el bolso la
nómina, los complementos, los sobresueldos,… los 12.000 euros al mes, mientras
con la mano libre se firman copagos sanitarios, despido de miles de interinos, recortes
en educación, pago de medicamentos, subida miserable de las pensiones,
congelación de funcionarios,…
De todos los cuentos que se inventaron, al día de hoy sólo
les quedan dos con algo de tirón: el de la herencia recibida y el de que todos son
iguales. Sí, porque este eslogan que tanto éxito está teniendo en la actualidad
(PPSOE, la misma mierda son, todos son iguales,…) está fomentado y divulgado por
personas que el día de las votaciones pondrán la papeleta con la gaviota. Y
luego, están los millones de tontos que todavía se quedan embelesados cuando
oyen hablar de herencia recibida. Al igual que Alí Babá decía “Ábrete, sésamo”
y la montaña asombrosamente obedecía, los dirigentes del PP dicen “la herencia
recibida” y millones de votantes pierden la baba por la comisura de los labios,
mientras Sorayita y Cía abren su bolso de marca.
¡¡ País !!
No hay comentarios:
Publicar un comentario