Nueva huída hacia delante de Mas. Hace escasos dos años, ante
el deterioro paulatino de su apoyo electoral como consecuencia del recorte en los
servicios públicos catalanes, descubrió el antídoto en el independentismo y convocó
elecciones anticipadas para corroborar los efectos que la cortina de humo había
causado en el electorado. Ante los nefastos resultados de CiU dio un nuevo paso
al frente intentado liderar la opción independentista a la que se unieron todas
las fuerzas progresistas catalanas, excepto el PSC. Y así, entre el frente pro
consulta, el inmovilismo del PP y la tercera vía del PSC hemos pasado estos
largos meses.
Ahora estalla un primer torpedo (vienen muchos más por detrás)
con la autoinculpación del que hasta ayer era “molt honorable” y Mas opta
nuevamente por una huída hacia delante. Con algún matiz para evitar el llamado
choque de trenes pero hacia el frente, en todo caso. Y a la par se van
descubriendo, ya no la herencia no declarada de los Pujol, sino prácticas
estrictamente mafiosas en sus comportamientos: aprovechar del poder que
tiene todo aparato administrativo para perseguir a aquel que se resiste a pasar
por la caja familiar.
Terminaremos descubriendo que ese país próspero, moderno,
adelantado a su entorno y europeo a pesar del lastre de la casposa España, llamado Catalunya, no
dejaba de ser un república bananera al servicio de un clan familiar que, bajo
el pretexto de representar las esencias del “poble” catalán, utilizó todo su
poder e influencias en su exclusivo beneficio personal. He vivido y trabajado
muchos años en Cataluña y lo del 3% era conocido por casi todo el mundo -
algunos incluso lo hemos experimentado en nuestras propias carnes -. Pero las
ansias de sentirse más catalán que el vecino hacían que esas cuestiones fuesen “pelillos
a la mar” frente a la posibilidad de ser gobernados por un partido genuinamente
– genéticamente , diría yo - catalán. Y digo esto porque la única diferencia
entre los Pujol y los tipejos que gobiernan o han gobernado algunos países
miserables (Somozas, Obianes, Hassanes,…) es que los primeros fueron elegidos
democráticamente en un país europeo. En lo demás, en esquilmar durante décadas sin
ningún miramiento las arcas públicas en beneficio personal, son exactamente iguales.
Pronto los catalanes y catalanes tendrán la oportunidad de ratificar esos comportamientos o poner de patitas en la calle a toda esa mafia, dejándolos además de a las puertas de los juzgados, con el máximo desprecio popular. Entre tanto, en su huída hacia el precipicio, Mas demuestra tener de todo menos “seny”. Otra marca de país tirada por los suelos. ¡ Qué bochorno !
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