domingo, 10 de octubre de 2010

Entrañable propuesta


¡No saben Pepiño y compañía el favor que le han hecho a Tomás Gómez con su obstinación en retirarlo de la vida política!. Han conseguido auparlo hasta la impensable, hasta hace bien poco, presidencia de la Comunidad de Madrid. Antes de este proceso, Tomás era un perfecto desconocido para la generalidad de votantes y un rival muy menor frente a Espe. Ahora, ahí lo tenemos, tocando el cielo con los dedos, elegante en la confrontación y elegantísimo en la victoria, rodeado de la aureola de todo ganador, con aires de simpático y don de gentes, haciendo propuestas de futuro y presentando iniciativas que antes no eran ni oídas.

Una de ellas, la de que los jóvenes madrileños tengan veranos gratis fuera de España para aprender inglés, me parece entrañablemente interesante. Me explico. Desde que hace ya muchos años decidí que la mejor forma de pasar unas vacaciones era agarrar un avión y ver el mundo, y que es mucho más interesante desde todos los puntos de vista viajar por propia cuenta, comprendí que muchos de los males sociales se superarían si la gente viajase más, si viese otras culturas, otras formas de ver la vida, de organizar la sociedad, de comunicarse, de rezar a dioses distintos, de superar cada día no como una aventura vivencial sino vital,… en definitiva de que hay muchos mundos distintos. Se rompen tópicos, se cuestionan dogmas, percibes los errores intencionados en que nos han hecho incurrir para manipularnos. Por eso siempre decía, medio en broma medio en serio, que si fuera ministro de educación obligaría a los estudiantes a pasar un mes fuera de España, a ser posible en un país de los llamados no desarrollados y , por supuesto, con una mochila a cuestas y una billete de ida y vuelta. Nada de agencias ni viajes organizados. Seguro que se superarían problemas como el racismo, la marginación, los ultranacionalismos, el catetismo. Sospecho que si damos un vistazo a nuestro alrededor estaremos de acuerdo en que el binomio paleto-que-no-ha-salido-de-su-pueblo va intrínsecamente unido a la intolerancia. Y se puede ser un perfecto paleto siendo cosmopolita urbanita.

Así que cuando leo la propuesta de Tomás no siento nada más que una entrañable satisfacción ligada a la posibilidad de que los presupuestos se destinen a cuestiones que me parecen innovadoras, interesantes y realmente prácticas. Eso sí que es apostar por el cambio de modelo productivo, preparando jóvenes, en idiomas, en visión del mundo y en valores sociales, y no regalar bombillas de bajo coste.

Si fuera madrileño tendría el voto claro. Quizá a Trini no la hubiese votado pero este tipo me cae bien, me parece elegantemente inteligente y además plantea formas de hacer y propuestas que resultan rompedoramente interesantes.

Por cierto, hablando de salir al extranjero. Franco, en todo su larguísimo mandato, no salió ni una sola vez al extranjero. Sospecho que se tratará de un record mundial. Casi 40 años sin pisar nada que no fuese su solar hispánico. Qué desgracia, ser considerado por el resto del mundo un apestado al que nadie quería acercarse. ¡Así nos fue! ¡Qué paleto!.

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