jueves, 30 de octubre de 2014

Frente a la podredumbre,... perdones y lágrimas.



Vaivenes paralelos, como cantaba German Coppini en “Escenas olvidadas”. De vaivenes paralelos pecan los dos grandes partidos haciendo más real el insulto de “la casta” y generando cada vez más simpatías incluso entre los que pensamos que dar el poder a esta alternativa es un suicidio político. Les sobra razón cuando dicen aquello sobre que su acción política podría limitarse a no hacer nada y dejar que la ciudadanía no dejase de sorprenderse  ante tanta indecencia y putrefacción. Como dice el refrán chino, bastaría con que se sentaran en la puerta de tu casa para ver pasar el cadáver de su enemigo; si además son jóvenes inteligentes, sobradamente preparados y que hablan bien en público,…


Mariano y Esperanza piden perdón, el primero en sede parlamentaria y la segunda en la del Partido. Cronológicamente fue al revés porque, una vez más, la dama se adelantó al caballero, dejando en evidencia la pusilanimidad y mediocridad de nuestro presidente. Mariano sabe que abrir huella es peligroso y agotador, olvidando que también es cosa de valientes y de líderes. La dama lo tiene claro y, en su afán de dejar en evidencia al jefe que le ha truncado su carrera política, no pierde ocasión de calzarse las polainas y ponerse en cabeza del grupo, sabiendo que aunque los riesgos son muchos, sus leales siempre valorarán su desparpajo demagogo frente a la triste grisura del jefe.


Y piden perdón ante una ciudadanía tan indignada ahora como complaciente hace unos años en que les apoyó con mayorías absolutas, como apoyaron al encantador Granados, elección tras elección, a pesar del tufo a caciquismo que despedía el sur de Madrid. Sigo en mis trece, mal que pese: el problema de este santo país es el de una ciudadanía que se indigna en las barras de bar, para luego votar con una lealtad primaria a corruptos y mediocres.


A Mariano y Esperanza les enseñaría la puerta de salida por si, teniendo la voluntad de atravesarla, nadie les ha mostrado el camino. Comprendo que es una desgracia llegar a Presidente del Gobierno – sin tener grandes méritos, por otra parte – y no disfrutar ni un solo mes de las dichas del puesto dando parabienes y otorgando favores. Una prueba más de lo gafe que es este señor de verbo silbante: todos los presidentes anteriores, quizá con excepción de Suárez, tuvieron sus momentos de gloria en los que las circunstancias favorables les permitió el lucimiento: obras, subvenciones, dádivas, prestaciones, subida de salarios, reconocimientos… Este gris señor no ha tenido ni el placer de disfrutar de las mieles del éxito. Quizá sea el castigo divino por haber llegado al poder de forma viciada: con fraude llegó y defraudando saldrá.


Lo de Esperanza es de otro calibre. Pasa por la peluquería, se compra un trapito nuevo y, como la que ya no tiene nada de hacer a lo largo de toda la tarde, se presenta ante las cámaras para asumir su responsabilidad por haber confiado en Granados. ¿Cómo la asume?. Pidiendo perdón – y se queda tan pancha- . ¿Ha pensado dimitir?. Yo, porqué, de ninguna manera. Y se va tan tranquila sabiendo que mañana una manada de tontos aplaudirá su valentía y su actitud dando la cara ante los desmanes de un nuevo personaje, Granados, al que ella tambíén aupó.


Y lo de Parla. Conmovedor Tomás, llorando ante las cámaras y diciendo sentirse desolado por lo que ha hecho una persona que consideraba un hermano. Una de las medidas que terminarían de raíz con la corrupción es obligar a dimitir a la persona que nombró o aupó al corrupto. Ya abogué por esta idea y sigo insistiendo. De la misma manera que cuando hay que repartir cargos todos tienen su candidato, y todos quieren imponer su hombre o mujer, aunque sea perdiendo las formas, cuando éste haya metido el cazo el proponente no puede esconderse tras su desolación y sus lágrimas. Pedro Sánchez, de no estar secuestrado por el aparato, debería decirle que espera su carta de dimisión antes de la comida o tendrá que cesarle a los postres. De no estar secuestrado, insisto.


Sigan, sigan. A algunos el próximo CIS parece que les pondrá en la realidad y los demás veremos que el calendario político los pondrá en el lugar al que nunca quisieron ir: en la puta calle.

miércoles, 29 de octubre de 2014

¡ Así llegó al poder !


La indecencia, la hipocresía y la chulería se han apoderado definitivamente de este país. Cada día tenemos que soportar una nueva golfería, con el añadido de las miserables declaraciones de la clase política. Conforme los desmanes se van elevando y la indignación popular es más palpable, los primeros espadas, esos a los que se les supone más carisma y verborrea, desaparecen del escenario y saltan a la arena pública los segundas líneas. González Pons está indignado con la corrupción y Esperanza Aguirre pide perdón. Sobre el primero prefiero no hablar para no llegar al insulto; sólo diré que los mediocres siempre pretenden llevar el estado de la cuestión a su nivel de inteligencia. La dama madrileña confunde la política con la religión y la sede del PP con una iglesia: la asunción de responsabilidades es marcharse a casa de una vez por todas y para siempre; lo demás son catetadas de la España profunda y demagogias para consumo de tontos.

Un síntoma de la podredumbre generalizada de este país es que el PP siga liderando la intención de voto. Hasta ahora teníamos que escuchar memeces del tipo “la madurez del pueblo español ha quedado demostrada una vez más por el resultado electoral…”. Y los que siempre hemos pensado que un borrego no es más inteligente porque vaya en manada, teníamos que callar nuestras opiniones por aquello de lo políticamente correcto y por no ser acusados de ir por la vida con aire de superioridad. Ahora ya algún líder político se atreve a llamar la atención sobre la fidelidad de algunos votantes por personajes y opciones políticas impresentables. Por eso ya no me motiva – espero que sea pasajero – escribir sobre la actualidad; porque los que ven no necesitan gafas y los ciegos desprecian el bastón.

Hace unos meses le comenté a un amigo de tendencia progresista, potencial votante de Podemos, que todo el bacalao estaba vendido, que la intención de voto del PP ha tocado fondo y que por mucho que se descubran más desmanes, golfadas e incompetencias, el sustrato pepero aguantará todo lo que le echen. Tengamos la esperanza, al menos, que todos los votantes prestados por las mentiras y manipulaciones del PP salgan del grupo y tomen nota de hasta dónde nos ha llevado su mezcolanza de ingenuidad y desesperación.

Y por si alguno de ellos todavía está en aquello de no reblar, he repasado el debate electoral entre Rajoy y Rubalcaba, allá por el año 2011, para poner negro sobre blanco la estrategia del líder del PP consistente en mentir a sabiendas y aprovecharse de las circunstancias en beneficio propio. No responsabilizo a los incautos que les dieron su voto porque la confianza es tremendamente manipulable cuando se ve el presente oscuro y el horizonte ni existe. Pero sí espero que sea un aviso para navegantes y no olvidemos lo que decía que iba a hacer y lo que ha hecho. Aparco lo de la herencia recibida porque a estas alturas del partido sólo los incondicionales y los tontos tragan ese bebedizo.

La sarta de mentiras es de tal calibre en calidad y cantidad que me veo en la necesidad de partir la tarta para que no resulte indigesta. La realidad es tan rotunda que recogida en su literalidad no precisa de comentario alguno. Vamos a la faena.

Sobre el rescate a la banca:
  • "No pienso darles (a las cajas de ahorro y bancos) ni un solo euro de dinero público, a diferencia de lo que han hecho ustedes" - en referencia al PSOE.
  • "Ya le he dicho que no voy a meter dinero público ... en cajas de ahorro y entidades financieras".
Sobre las pensiones:
  •  "... yo voy a mantener el poder adquisitivo de las pensiones, porque es una ley, porque es justo, porque me parece razonable y porque creo que es sensato...",

Sobre las prestaciones por desempleo:
  • "Yo no voy a modificar el seguro de desempleo".
  • "Se lo repito, espero que sea por última vez, que yo no haré lo que ustedes han hecho, que es reducir las prestaciones por desempleo".

Sobre decir la verdad:
  • "Hay que decir la verdad y no engañar a la gente. Engañaron con la crisis y engañaron con muchas cosas más".
  • "Yo no soy como usted, lo que no llevo en mi programa no lo hago. Por lo tanto, no me confunda. le ruego que no me confunda".

Sobre la responsabilidad del Gobierno:
  •  Su única estrategia es echarle la culpa al Partido Popular que, por cierto, dejó una tasa de paro por debajo del 10%, echarle la culpa a Estados Unidos, echarle la culpa a Grecia, a los especuladores. Entonces, ¿para qué sirve el Gobierno de España?.”   

viernes, 24 de octubre de 2014

...y fueron a llamar a otro elefante.



Se acumulan los elefantes y al final la telaraña se partirá. La más holgada mayoría absoluta permitió construir una tela muy resistente pero no hay ninguna que aguante tan poco mantenimiento con tanto peso encima.

1.- Ante los problemas, la única respuesta es la falta de respuesta. Jamás político alguno ha dejado tan evidente que entre sus prioridades la lealtad ocupa un lugar muy por encima de la responsabilidad y del buen gobierno. Lo mismo da que estés metido en la Gürtel, que la gestión del ébola sea un desastre, que tengas tarjeta opaca o que te imputen por financiación ilícita,… Para Mariano la mejor política es la de Don Tancredo… y a esperar que se canse la vaquilla.

2.- Uno de los problemas que genera confiar exclusivamente en la gente leal, sean competentes o no lo sean, es que todo pende del hilo de la cruda realidad, de tal forma que cualquier cuestión que pueda surgir provoca una sensación de inseguridad que disgusta a todo el mundo. Lo menos que se puede pedir a un Gobierno es que sea capaz de generar sensación de protección social, que las personas sientan que ante cualquier adversidad el Gobierno tiene mecanismos de respuesta para restablecer la cuestión a la normalidad, al orden y a la lógica. Si todo va viento en popa no hay problema, pero en estos tiempos de crisis económica, política y social esperar que no los haya es cosa de ilusos. Y pensar que éstos se solucionarán solos es un ejercicio de irresponsabilidad.

3.- Su más que demostrada incapacidad para solucionar problema alguno es compensada con la búsqueda de culpables ajenos a su entorno. A la pueril herencia recibida se añade la actuación de la enfermera para justificar la chapuza gubernamental en la gestión del ébola. La ministra Mato, superado el bichito, ya ha declarado que no piensa presentar su dimisión porque la gestión ha sido ejemplar, sin valorar ella y su jefe que su permanencia en el gobierno sólo supone un beneficio personal con la contrapartida de generar muchos problemas y restar votos.

4.- Las próximas elecciones municipales y autonómicas van a suponer un tremendo varapalo para el PP y, con toda la razón, muchos alcaldes y presidentes que pierdan su poltrona harán responsable de su situación a las políticas e inacción de Mariano. Muchos más elefantes encima de la telaraña.

5.- Temor deben tener algunos responsables por perder las elecciones porque, añadido al abandono del poder, muchos verán que de sus archivos empiezan a salir chanchullos, corruptelas y cuestiones afines, y que el camino que tienen que recorrer hacia juzgados y medios de comunicación – ahora tan tortuoso como largo – se convertirá en una autopista recta y llana. Más indecencias sobre las abundantes indecencias.

6.- De la misma manera que hace unos tiempos parecía que ser juez valiente equivalía a ser juez muerto, ahora es raro el juez que se escuda en argumentos para no instruir causas de corrupción y de malas prácticas. Como la gota malaya en la nuca del PP se sentirán los efectos de Gürtel, Bankia, Valencia, Alicante,… y muchos otros que puedan surgir en estos meses. Además, no parece tener demasiado recorrido el “y tú más” porque lo sustancial de los Eres de Andalucía ya está solventado y da la sensación que contrarrestar las malas noticias contra el PP es cada día tarea más difícil. Más elefantes balanceándose en la tela de araña.

7.- La única tabla de salvación del PP es la mejora económica y la consiguiente creación de puestos de trabajo. Todos, incluso ellos, saben que en este tema la ciencia ficción es la única estrategia del Gobierno. Ni la recuperación económica está ni a la creación de empleo se le espera. La buena EPA de este trimestre será empañada con las dos próximas porque los datos positivos presentados estos días responden a una campaña de verano magnífica. Con el otoño y el crudo invierno nuestro denostado modelo productivo en que se ha apoyado y ahondado este Ejecutivo volverá a dar sus amargos frutos, coincidiendo con la campaña electoral para alcaldes y Comunidades Autónomas. Y este paquidermo tiene unas dimensiones exageradas incluso para ser un elefante.


La tela de araña se partirá y todos los elefantes rodarán por el suelo. Si nadie espera ahora que la araña haga su trabajo, mucho menos confiarán en su habilidad para reconducir la situación y, en esta tesitura, podemos encontrarnos con un adelanto electoral coincidiendo con los calores veraniegos. Algunos pensábamos que el recorrido de esta legislatura iba a ser muy corto. La mayoría parlamentaria, tan absoluta como la fidelidad de un electorado rabiosamente leal, la han prolongado más allá de lo razonable y de lo deseable. El olor a guiso quemado se extiende por toda la casa y la situación es, y cada día lo será más, insostenible. Tanto si el calendario gubernamental se agota – noviembre de 2015 – como si surgen nuevos problemas mal gestionados, la catástrofe pepera será de órdago. Y a Mariano se lo comerán con patatas, pasando a la historia como lo que fue: un mediocre presidente, amigo de sus leales, incapaz ante la coyuntura, irresponsable ante los problemas y absolutamente desbordado por la realidad. La cruda realidad de unos elefantes dando vueltas por el suelo, con la red rota y la araña escondida tras la maleza.                

martes, 21 de octubre de 2014

La ingenuidad y el payaso.




Que a estas alturas de la historia nos digan que España es un circo ya no sorprende a casi nadie. Ni los más patrioteros, esos que siguen llevando las banderitas en la muñeca o colgadas del espejo retrovisor, serían capaces de apostar un solo euro por la seriedad de este país. Cada día una nueva bufonada viene a dejar en la insignificancia a la del día anterior. Un exministro de Hacienda, ese que debía velar y velaba por el cumplimiento de nuestras obligaciones fiscales, declara ante el juez intentando justificar sus ya poco presuntos fraudes a la Administración tributaria. Su antecesor en Bankia, que justificaba el engaño masivo de las preferentes con el argumento de que todos habían firmado los papeles, dice ahora carecer de conocimientos financieros. Y el señor que los nombró, escondido como una rata hasta que pase el temporal, buscando el momento propicio para soltar una nueva payasada.


Recomiendo la lectura del discurso de Jaime Terceiro Lomba, presidente de Caja Madrid desde 1988 hasta 1996, al recibir el Premio de Economía 2012. Explica clarísimamente los motivos que han traído la ruina del sistema de cajas de ahorro, en general, y de Bankia, en particular.  



Hagamos un poco de historia. El Sr. Terceiro dirigía, con bastante acierto y rigor, Caja Madrid – que luego pasó a ser Bankia – hasta que fue descabalgado de la Presidencia por un pacto escrito y rubricado entre el PP y el sindicato CCOO, bendecido a su vez por IU. Ese mismo año, 1996, Aznar había sido nombrado Presidente de este santo país, sustituyendo a Felipe González, a la vez que Ruiz Gallardón, en 1995, hacía lo propio con Leguina, por entonces socialista. Parece que una perita en dulce como Bankia no se podía dejar escapar en manos de un gestor contaminado por los años socialistas y directivos del PP y CCOO, con la complicidad de la IU de Anguita, firmaron un pacto para repartirse el pastel. Blesa sería el presidente y algunos señores de CCOO, entre ellos Moral Santín y algún amigote más, formarían el núcleo duro de Bankia. Todo con la pretensión de forrarse a costa de los ciudadanos, aunque el pacto fuese vestido por la habitual hipocresía sindicalera de defensa de los intereses generales y demás desfavorecidos. La mezcla entre avaricia, indecencia e ineptitud propiciaron el hundimiento de la mayor caja del país. Por entonces la pinza funcionaba perfectamente y entre los señores del PP y los de IU barrían todo recuerdo de la negra etapa socialista. Ese fue el origen de la historia de Bankia. La incompetencia de los nuevos gestores repercute ahora con un agujero financiero que hemos tenido que cubrir todos los españoles con nuestros impuestos y la indecencia en el comportamiento de los directivos es la consecuencia de un pacto entre el PP y CCOO que venía a proclamar el cortijo de Bankia.


Ahora que está de moda lo retro y lo vintage, sería bien interesante juntar a los señores Aznar y Anguita para que, con luz y taquígrafos, justificasen ese pacto y, de paso, nos diesen una versión actualizada de su pinza antiPSOE. Quizá quedara todo resumido en un ajuste de cuentas en lo político y una venganza en lo personal, urdida por la mediocridad y el resentimiento de estos dos personajes.


También en ese discurso, el Sr. Terceiro trata el manoseado tema de la herencia recibida, con un enfoque propio de una persona inteligente, ilusamente idealista, que pretendió trascender sobre las miserias personales y políticas para dirigir una empresa y que finalmente se estrelló contra el muro de la vanidad del mediocre y la avaricia del egoísta. El mismo reconoce su candidez – “Hoy, con más años y más experiencia, entiendo bien por qué fracasaron todas mis propuestas de reforma, y lo ingenuo que fue haberlo intentado” -  al pretender en este putrefacto país gestionar con rigor y decencia una empresa. Es preferible firmar pactos con sindicalistas impresentables que garanticen la impunidad y los desmanes, sabiendo que aquellos que se arrogan la defensa de los débiles son propensos a la indecencia. En este país faltan Terceiros y sobran Blesas, Ratos, Anguitas y demás cuadrilla sindicalera. En este país se debe imponer de una vez por todas la inteligencia y la decencia frente a la carroña y el aprovechamiento personal del poder y los cargos.



Cierro esta entrada con un homenaje a los 4 de 86 directivos que no utilizaron su tarjeta opaca (espero que por un acto de dignidad personal y no por recibir gracias por otros conceptos). Señores Verdú Pons, Tejera Montalvo, Sánchez Acal y Aldaz Barrera. Dice mucho de un país que se ceba con los sinvergüenzas y omite la identidad de los decentes. Animo a algún medio de comunicación a entrevistar a estos señores como ejemplo – espero que lo sean – de la poca gente digna que queda en este país. Porque lamentablemente quizá ésa, 86 a 4, sea la relación entre los indecentes y los honestos. Marca España.