Se acumulan los elefantes y al final la telaraña se partirá.
La más holgada mayoría absoluta permitió construir una tela muy resistente pero
no hay ninguna que aguante tan poco mantenimiento con tanto peso encima.
1.- Ante los problemas, la única respuesta es la falta de
respuesta. Jamás político alguno ha dejado tan evidente que entre sus
prioridades la lealtad ocupa un lugar muy por encima de la responsabilidad y
del buen gobierno. Lo mismo da que estés metido en la Gürtel, que la gestión
del ébola sea un desastre, que tengas tarjeta opaca o que te imputen por
financiación ilícita,… Para Mariano la mejor política es la de Don Tancredo… y a
esperar que se canse la vaquilla.
2.- Uno de los problemas que genera confiar exclusivamente
en la gente leal, sean competentes o no lo sean, es que todo pende del hilo de
la cruda realidad, de tal forma que cualquier cuestión que pueda surgir provoca
una sensación de inseguridad que disgusta a todo el mundo. Lo menos que se
puede pedir a un Gobierno es que sea capaz de generar sensación de protección
social, que las personas sientan que ante cualquier adversidad el Gobierno
tiene mecanismos de respuesta para restablecer la cuestión a la normalidad, al
orden y a la lógica. Si todo va viento en popa no hay problema, pero en estos tiempos
de crisis económica, política y social esperar que no los haya es cosa de
ilusos. Y pensar que éstos se solucionarán solos es un ejercicio de
irresponsabilidad.
3.- Su más que demostrada incapacidad para solucionar
problema alguno es compensada con la búsqueda de culpables ajenos a su entorno.
A la pueril herencia recibida se añade la actuación de la enfermera para
justificar la chapuza gubernamental en la gestión del ébola. La ministra Mato,
superado el bichito, ya ha declarado que no piensa presentar su dimisión porque
la gestión ha sido ejemplar, sin valorar ella y su jefe que su permanencia en
el gobierno sólo supone un beneficio personal con la contrapartida de generar
muchos problemas y restar votos.
4.- Las próximas elecciones municipales y autonómicas van a
suponer un tremendo varapalo para el PP y, con toda la razón, muchos alcaldes y
presidentes que pierdan su poltrona harán responsable de su situación a las
políticas e inacción de Mariano. Muchos más elefantes encima de la telaraña.
5.- Temor deben tener algunos responsables por perder las
elecciones porque, añadido al abandono del poder, muchos verán que de sus
archivos empiezan a salir chanchullos, corruptelas y cuestiones afines, y que
el camino que tienen que recorrer hacia juzgados y medios de comunicación –
ahora tan tortuoso como largo – se convertirá en una autopista recta y llana.
Más indecencias sobre las abundantes indecencias.
6.- De la misma manera que hace unos tiempos parecía que ser
juez valiente equivalía a ser juez muerto, ahora es raro el juez que se escuda
en argumentos para no instruir causas de corrupción y de malas prácticas. Como
la gota malaya en la nuca del PP se sentirán los efectos de Gürtel, Bankia,
Valencia, Alicante,… y muchos otros que puedan surgir en estos meses. Además, no
parece tener demasiado recorrido el “y tú más” porque lo sustancial de los Eres
de Andalucía ya está solventado y da la sensación que contrarrestar las malas
noticias contra el PP es cada día tarea más difícil. Más elefantes balanceándose
en la tela de araña.
7.- La única tabla de salvación del PP es la mejora
económica y la consiguiente creación de puestos de trabajo. Todos, incluso
ellos, saben que en este tema la ciencia ficción es la única estrategia del
Gobierno. Ni la recuperación económica está ni a la creación de empleo se le
espera. La buena EPA de este trimestre será empañada con las dos próximas
porque los datos positivos presentados estos días responden a una campaña de
verano magnífica. Con el otoño y el crudo invierno nuestro denostado modelo productivo
en que se ha apoyado y ahondado este Ejecutivo volverá a dar sus amargos
frutos, coincidiendo con la campaña electoral para alcaldes y Comunidades Autónomas.
Y este paquidermo tiene unas dimensiones exageradas incluso para ser un elefante.
La tela de araña se partirá y todos los elefantes rodarán
por el suelo. Si nadie espera ahora que la araña haga su trabajo, mucho menos
confiarán en su habilidad para reconducir la situación y, en esta tesitura,
podemos encontrarnos con un adelanto electoral coincidiendo con los calores
veraniegos. Algunos pensábamos que el recorrido de esta legislatura iba a ser
muy corto. La mayoría parlamentaria, tan absoluta como la fidelidad de un
electorado rabiosamente leal, la han prolongado más allá de lo razonable y de
lo deseable. El olor a guiso quemado se extiende por toda la casa y la
situación es, y cada día lo será más, insostenible. Tanto si el calendario
gubernamental se agota – noviembre de 2015 – como si surgen nuevos problemas
mal gestionados, la catástrofe pepera será de órdago. Y a Mariano se lo comerán
con patatas, pasando a la historia como lo que fue: un mediocre presidente,
amigo de sus leales, incapaz ante la coyuntura, irresponsable ante los
problemas y absolutamente desbordado por la realidad. La cruda realidad de unos
elefantes dando vueltas por el suelo, con la red rota y la araña escondida tras
la maleza.
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